ESTRATEGIA FáCIL Y ECONóMICA |

Afirman que tomar agua ayuda a perder peso

Por Celina Abud.- Lo dijo un nuevo documento de la Sociedad Argentina de Nutrición. Especificó que consumir un litro y medio diario ayudaría a bajar más de dos kilos anuales. Aún así, la ingesta en los argentinos es insuficiente. 

Más de la mitad de los argentinos padecen sobrepeso u obesidad, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Este tema es preocupante para la Salud Pública de un país y demanda acciones concretas. En ese contexto, la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), propone una medida tan fácil como económica: tomar agua para perder peso. 

Además de que esta bebida natural no aporta calorías y brinda saciedad durante 30 minutos, también ayuda a un mayor gasto calórico, según un nuevo estudio estadounidense que compartió la médica especialista en nutrición Mónica Katz, durante una conferencia de prensa realizada en la SAN.

El trabajo, realizado sobre 4.755 personas, reveló que los que beben un litro y medio por día y además ingieran una alimentación saludable que contenga frutas, vegetales y lácteos descremados, poseen un gasto energético 9% mayor, precisamente 194 kcal por día, que quienes no ingieren ese volumen.

“Si una persona tomara esa cantidad de agua por día, en un año quemaría 17.400 calorías, cifra que causaría una pérdida de 2,5 kilos”, afirmó Katz, directora de la Carrera de Médico Nutricionista de la Universidad Favaloro. “Dado que aumenta la saciedad, beber agua con gas es inclusive mejor, siempre que una persona no padezca de acidez, úlcera o hernia hiatal”, dijo y agregó que el gasto es incluso mayor si la bebida “está fría, ya que el organismo tiene que trabajar más para igualar su temperatura a la corporal de 37 grados, lo que implica quemar 100 calorías extra”.

Existen diversos mecanismos que explican por qué el líquido contribuye al descenso de peso, además de brindar saciedad. Según explicó Katz, el agua diluye la concentración de sales en la sangre (la osmolaridad),  estimula el sistema nervioso simpático, lo que dispara la producción de noradrenalina y, con ella, la degradación de lípidos.

Por otra parte, esta bebida aumenta la liberación de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor ligado a la sensación de recompensa. Por lo tanto, después de tomar agua, el organismo siente menos deseo de ingerir alimentos placenteros con exceso de calorías.

Pero a pesar de sus beneficios, el consumo de agua es insuficiente y los argentinos prefieren las bebidas ricas en calorías. Así lo indica un informe del Licenciado Sergio Britos, profesor de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA. Incluso agregó que muchas de las calorías dispensables, también llamadas calorías vacías o de mala calidad provienen de líquidos.

Britos alertó también sobre el bajo consumo de agua pura en niños, ya que, según su informe, “las gaseosas e infusiones con azúcar aportan el 14% de las calorías que ingieren los alumnos de escuelas bonaerenses”.

“Entre todas las fuentes posibles de bebidas, no menos de 8 vasos debería ser bajo la forma de agua pura, mientras que en términos de bebidas azucaradas, las mismas no deberían superar los 250 ml diarios, el equivalente a un vaso alto”, según el licenciado Britos.

Por su parte, el contenido de sodio en las aguas y bebidas no es preocupante en el contexto de una dieta habitual.  Tampoco lo es la cantidad de edulcorantes artificiales, en el caso de bebidas con sabor no calóricas. Aun así, es conveniente que las madres se esfuercen en los primeros años de vida por estimular el consumo de agua como bebida de elección en sus hijos.

Por último, el doctor Edgardo Ridner, Presidente de la SAN, destacó que “no hay que tener sed para tomar agua” ya que esta sensación “se pone en marcha de manera tardía en los seres humanos, cuando se ha perdido entre el 1 y el 2% del peso corporal” en líquido, lo que posteriormente puede llevar a la deshidratación.

A pesar de su importancia, son pocos los trabajos argentinos que hablan de la ingesta de líquidos. En ese sentido, la SAN elaboró nuevas pautas, que fueron el resultado del trabajo de un panel de expertos. Ellas incluyen:

• Una ingesta de líquidos de 2 a 2,5 litros por día, sin un máximo en personas saludables.

• El consumo debería ser preferentemente de agua pura, teniendo en cuenta las calorías que aportan las infusiones y bebidas azucaradas.

• La recomendación antes mencionada no incluye el agua que aportan otros alimentos como sopa, lácteos o jugos exprimidos.

• El ejercicio supone pérdida extra de agua, y no se recomienda tras realizarlo el consumo de gaseosas o bebidas energizantes.

•Estimular el consumo de agua en niños o adultos para prevenir el sobrepeso.

• La educación para una hidratación saludable es una política de Estado. 

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