LA PRáCTICA AERóBICA MEJORA LA AUTOESTIMA |

Los deportes son favorables para los portadores de VIH

El perfil de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ha cambiado a lo largo del tiempo. Aunque alguna vez fue considerada como progresiva no curable y fatal, actualmente, con el tratamiento antirretroviral, se presenta como una enfermedad crónica manejable.

 

Esta cronicidad ha reflejado un incremento en la prevalencia de complicaciones en la función o estructura corporal de los pacientes. Es por eso que en nuestros tiempos el ejercicio es una estrategia clave empleada por profesionales y personas que viven con VIH para la rehabilitación de dichas complicaciones, además  de una herramienta para mejorar la silueta, el confort y la imagen corporal.

 

Sabemos que la actividad física mejora la fuerza, la función cardiovascular y el estado psicológico en la población general pero, ¿cuáles son sus efectos en los adultos que viven con el virus? También para esta población se ha demostrado que realizar ejercicio aeróbico al menos 20 minutos tres veces por semana, durante un mínimo de cuatro semanas es seguro y beneficioso.

 

Las prácticas aeróbicas incluyen, por ejemplo, la natación, el ciclismo, el jogging, el remo, subir escaleras o realizar una caminata. Varios estudios sugieren que brindan una mejoría en el estado inmunológico y cardiopulmonar de los pacientes, además de incrementar la masa muscular, la  resistencia y el tiempo hasta el agotamiento voluntario o descensos en la frecuencia cardiaca. Es también conocido el efecto cardio-protector incrementando la fracción HDL del colesterol, es decir el colesterol “bueno”. 

 

La diferencia significativa parece encontrarse en una marcada disminución de los síntomas depresivos y mejoría de los parámetros psicológicos. La ansiedad y tensión se sobrellevan más fácilmente cuando el ejercicio se realiza diariamente. La satisfacción personal que implica la auto-superación en el ejercicio es un estimulo para sortear también los obstáculos de la vida cotidiana.

 

Aunque suele ser una preocupación frecuente de las personas, no hay ningún caso documentado de contagio del VIH durante la participación en actividades deportivas. El riesgo es muy bajo, aún en las prácticas que incluyen contacto corporal directo en los cuales existe la posibilidad de lastimarse y sangrar. Si esto ocurriese, el deportista lastimado debe interrumpir su participación hasta que se termine la hemorragia, se limpie la herida con antiséptico y se vende en forma segura.

 

No hay ningún riesgo de transmisión del VIH en actividades deportivas en donde no haya un contacto con una herida sangrante (por ejemplo a través del sudor). En relación a este tema, es fundamental remarcar la importancia de la utilización de elementos de protección personal adecuados (ejemplo: casco, protector bucal, canilleras, etc.) acorde al tipo de deporte que se practique, para prevenir las heridas cortantes y así disminuir el riesgo de transmisión de las enfermedades que se contagian a través de la sangre.

 

Las ventajas de realizar actividad física se aplican para cualquier edad y sexo, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de los estudios clínicos consideraron exclusivamente a adultos entre 18 y 50 años. La población femenina también merece especial atención en futuras investigaciones, ya que siempre estuvo poco representada. 

 

Antes de iniciar una actividad física, es aconsejable realizar una evaluación clínica completa. El tipo de práctica se debe adaptar a cada caso según la edad, la condición física, las enfermedades preexistentes al VIH (como cardiopatías, enfermedades traumatológicas), el estadio de la infección y la condición inmunológica.

 

Además de las recomendaciones deportivas, es importante cumplir con las indicaciones en relación a la alimentación para asegurar una ingesta adecuada de calorías, no olvidar beber líquidos para permanecer hidratado y descansar adecuadamente.

 

Por lo tanto, es posible afirmar que practicar deportes es una actividad segura y beneficiosa desde el punto de vista físico y, principalmente, psíquico en este grupo de pacientes.

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