La presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, dijo este viernes que la próxima semana comenzarán las pruebas para el desarrollo de una vacuna contra el virus del <ika en el Instituto Butantan, uno de los principales centros de investigación biomédicos del país, ubicado en San Pablo.
«Todavía no tenemos una vacuna para el virus de zika. Lo único que podemos hacer es luchar contra el mosquito», afirmó Rousseff a periodistas durante una visita a un centro de comando establecido para el tratamiento de la crisis ocasionada por la enfermedad.
Expertos estiman que podría tomar años encontrar una vacuna dada la escasez de conocimiento médico sobre la enfermedad, aunque un importante desarrollador afirmó el jueves que una vacuna para uso de emergencia podría estar lista antes de fin de año.
Más allá de esta posibilidad, la mandataria enfatizó en que Brasil está perdiendo la batalla contra el mosquito que propaga el virus, instando a poner en marcha un esfuerzo nacional para erradicar al insecto.
Rousseff pidió a los brasileños que ayuden a eliminar el agua estancada en charcos y abran los tanques donde guardan el líquido en sus casas para impedir que se reproduzca el insecto. El 13 de febrero, más de 200.000 soldados se unirán a un esfuerzo nacional para eliminar la plaga.
El virus se ha vinculado con miles de casos de bebés que están naciendo con microcefalia en Brasil, es decir, con la cabeza anormalmente pequeña y cerebros que no se han desarrollado adecuadamente.
El mosquito Aedes aegypti que porta el virus de zika también propaga el dengue, que infectó a 1,65 millones de personas en Brasil el año pasado, de los cuales 863 murieron, en el peor brote de la enfermedad tropical en el país.
Brasil erradicó al mosquito en la década de 1950 usando químicos que ahora están prohibidos, según funcionarios.
