Argentina comienza a ver el impacto de la vacuna contra el neumococo

Por Soledad Llarrull.- Hace dos años se la incluyó en el Calendario Nacional para niños menores de un año. Estudios muestran una menor incidencia de las enfermedades neumocócicas. 

A dos años de la incorporación de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente al Calendario Nacional de Vacunación (CNV), Argentina busca revelar el impacto de esta medida. Según estudios realizados en el partido de Pilar, provincia de Buenos Aires, en hospitales pediátricos del país y en el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” de la Capital Federal, la incidencia de la neumonía y de la enfermedad invasiva (meningitis e infección de la sangre) por neumococo se redujo en un porcentaje que varía según el rango de edad de los niños, entre 43,8 y 54,3%

“Cuando empezamos a ver los datos de 2012, observamos un impacto relativamente considerable de la vacunación”, señala a DocSalud.com Ángela Gentile, nueva presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría. “Los resultados del primer año mostraron una reducción de la incidencia cercana al del 33,9%  en los menores de doce meses, que son los que presentaron en ese entonces más de un 90% de cobertura de vacunación. Cuando se tomó el global de los menores de cinco años, la disminución fue mucho menor, del 20,9%, dado que aún no se llegaba a ver el efecto rebaño”, detalla la especialista.

Estas son las conclusiones que arroja un estudio de base poblacional que Gentile coordina en el partido de Pilar, provincia de Buenos Aires. El mismo toma como referencia a los hospitales del área y a los centros de salud periféricos, donde se analiza a las poblaciones internada y ambulatoria con infecciones por neumococo. Los datos así obtenidos se comparan con los surgidos durante una investigación previa, realizada con la misma metodología entre 2003 y 2005, y apoyada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“Para evaluar el impacto de una intervención –en este caso, la vacuna–, siempre tiene que haber datos basales con los cuales comparar luego los resultados postintervención”, explica Gentile. Y puntualiza que, tal como lo exigen los criterios de la OPS, su equipo evaluó la incidencia de neumonía consolidante (aquellas que dan una imagen blanquecina en una placa de tórax), asumiendo que la gran parte de las mismas son causadas por la bacteria neumococo.

“Acabamos de ver los datos de 2013, el segundo año de aplicación de la vacuna, y ya se evidencia una reducción significativa de la incidencia del 43,8% para los menores de un año y del 54,3% para el grupo de niños de 12 a 24 meses, destaca la pediatra. Los resultados de estos análisis parciales fueron presentados en el Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica, realizado en junio en San Pablo, Brasil, y en el último congreso ICAAC (Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy), que tuvo lugar en septiembre, en Denver, EEUU.

Por otra parte, Gentile señala: “Hoy también estamos viendo el impacto a través de otro estudio hecho en unidades centinelas, que son 10 hospitales pediátricos de todo el país. Al comparar los datos de incidencia de neumonía y enfermedad invasiva registrados luego de 2012 con los resultados previos obtenidos durante la pandemia, se observa una reducción de la incidencia del 20%, aproximadamente”. Sin embargo, la también Jefa de la División Promoción y Protección de la Salud del Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” de la Ciudad de Buenos Aires destaca que en ese centro encontraron que dicho porcentaje era superior, cercano al 30%. Este resultado surge de un análisis en el que se diferenciaron las neumonías por neumococo de las infecciones de origen viral que pueden producir imágenes similares en las placas radiográficas. “La inmunización ya está produciendo un impacto, aunque las coberturas todavía son bajas”, afirma Gentile.

Una vacuna muy pedida que todavía necesita apoyo

“La incorporación de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente al CNV fue un hito, un ejemplo y un hecho muy importante para la salud», enfatiza Daniel Stamboulian, director médico de Stamboulian Servicios de Salud. Según explica, las neumonías, meningitis e infecciones generalizadas provocadas por el neumococo son una causa importante de mortalidad, “más letales que el sida o los tumores de mama”. Los niños menores de cinco años y, en especial, los menores de dos, se ven severamente afectados. “Estas situaciones clínicas se pueden reducir y la vacuna es una de las herramientas que pueden colaborar para lograrlo. Ese fue el principal objetivo de la inclusión en el CNV. Se trataba de una vacuna muy pedida por los pediatras”, recuerda Gentile.

Desde principios de 2012, la aplicación es obligatoria y gratuita para todos los niños menores de un año y para los menores de cinco que tienen enfermedades que predisponen a la infección por neumococo. La vacuna protege contra 13 tipos de neumococo y puede recibirse en cualquier momento del año. En la temporada otoño-invierno, puede aplicarse junto con la antigripal, que también es clave contra la neumonía.

A la vista de la comprobada seguridad y eficacia de esta vacuna, el gran desafío pendiente es lograr que todos los chicos la reciban y completen el esquema. “Si bien estamos conformes con las coberturas, que superan el 90% en la primera dosis, en provincias como Jujuy o Formosa preocupan las bajas coberturas registradas en la segunda dosis, necesaria para asegurar la eficacia de la inmunización”, señaló a principios de año el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur.

“Fundamentalmente, es clave cumplir con el esquema regular, pero también debemos recordar que, de acuerdo con las recomendaciones actuales, los chicos pueden completar su esquema de vacunación contra el neumococo hasta los cinco años”, enfatiza Gentile. Además, recuerda que la inmunización no solo protege al niño vacunado, también a niños y adultos no inmunizados, ya que elimina la portación de la bacteria y su circulación en la comunidad, originando así el efecto rebaño. “Este es otro motivo por el cual es importante que las coberturas sean buenas. Se sabe que, por lo menos, deben alcanzar un 80% para que se produzca el efecto”, sostiene.  

Programas integrales, diagnóstico y tratamiento: otras estrategias clave

Para la conmemoración del quinto Día Mundial de la Neumonía, la organización promotora World Pneumonia Day propuso como lema la innovación, con el fin de llamar a los gobiernos a invertir más en nuevos métodos de detección y tratamiento. Asimismo,  las actividades propuestas se alinearán con el reciente Plan de Acción Global contra la Neumonía y la Diarrea, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud y Unicef.

“Es muy importante para nuestro país integrar la prevención de estas dos enfermedades. Cuando hablamos de las diarreas, hay una vacuna muy importante, la que protege contra el rotavirus, que aún no está incorporada al CNV y que podría tener gran impacto en la incidencia de estas patologías”, opina Gentile. Así, agrega que “englobarla junto con la vacuna contra el neumococo para ponerla en agenda y discutirla tanto a nivel de las entidades responsables como de la comunidad va a permitir la disminución de estas dos entidades, que traen complicaciones, hospitalizaciones y muertes infantiles”.

En cuanto a la necesidad de nuevas técnicas de detección y opciones de tratamiento, la especialista considera que es otro aspecto relevante en el caso de las neumonías. “Recordemos que es difícil hacer el diagnóstico y que las técnicas de laboratorio tienen limitaciones. Contar con nuevas herramientas de biología molecular, como la PCR, para poder detectar la infección va a favorecer también un tratamiento más racional”, señala.

Finalmente, remarca que es necesario que las sociedades científicas elaboren guías de diagnóstico y tratamiento, ya que debido a la incorporación al CNV de las vacunas contra la bacteria Haemophilus influenzae b y el neumococo, el nicho que estas dejan hoy es ocupado por otros agentes infecciosos. “A medida que las coberturas aumenten y el impacto sea tan importante que puedan predominar otros patógenos, como el estafilococo, será necesario para la práctica médica pediátrica ajustar los tratamientos empíricos iniciales”, concluye Gentile.

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