Cómo aplicarse el protector solar sin cometer errores

Los rayos  son la primera causa de tumores en la piel. Los protectores son un medicamento que demora unos 30 minutos en hacer efecto y requiere renovación cada dos horas. Quiénes son los más vulnerables.

La radiación solar es la principal causa de cáncer de piel y envejecimiento cutáneo. Por eso, los especialistas del ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires insisten en adoptar medidas de cuidado, sobre todo en verano, la estación en la que la exposición presenta mayor potencial de daño.

El consejo es sencillo: aplicarse siempre cremas con factor de protección 50 o mayor. Pero aclaran que no hay que colocarlo cuando ya estamos en la reposera al lado del mar o la pileta sino, por lo menos, media hora antes, porque ése es el tiempo que el medicamento necesita para hacer efecto.

Los datos del Instituto Nacional del Cáncer revelan que cada año mueren unas 2.400 personas por tumores de la piel. El daño solar es acumulativo e irreversible y, como la piel tiene memoria, la radiación acumulada es irreparable: penetra hasta el ADN de las células y puede originar cáncer. Existen tres tipos de tumores: los carcinomas basoceluares, espinocelulares y los melanomas.

“El carcinoma basocelular es el cáncer de piel más frecuente, y la principal causa de su aparición es la exposición crónica a las radiaciones ultravioletas”, explicó María Viniegra, coordinadora del Plan Provincial de Control de Cáncer. Agregó que “en la actualidad, se considera que 3 de cada 10 personas de piel blanca tienen la posibilidad de desarrollarlo”.

Dónde aparecen

La especialista de la cartera sanitaria detalló que el 70% de los tumores basocelulares se asientan en la cara, orejas y cuello, aunque también pueden ubicarse en el tronco, brazos y piernas. En tanto, el carcinoma espinocelular, el segundo cáncer de piel más frecuente, suele desarrollarse sobre los labios, la boca, lengua, genitales y en el canal anal.

Pero el tumor de piel más grave es el llamado “melanoma”. No obstante, detectado en forma temprana es posible curarlo, de allí la importancia de consultar al dermatólogo periódicamente. Por lo general, está vinculado a las exposiciones solares en la infancia y se manifiesta por la aparición de una pequeña área de pigmentación alterada sobre la piel sana  o por la modificación de un lunar (nevus pigmentario) preexistente.

La buena noticia es que los cánceres de piel se pueden detectar precozmente en la mayoría de los casos. Por eso, los lunares, manchas o lesiones en la piel que no cicatrizan deben ser motivo de control inmediato con el dermatólogo.

Vulnerables

Los más predispuestos a padecer tumores en la piel son aquellas las personas con piel y ojos claros, con exposición crónica a rayos ultravioletas naturales o artificiales (camas solares), antecedentes de quemaduras de sol, inmunodepresión, enfermedades hereditarias que predisponen al cáncer de piel, exposición al arsénico (ingesta de agua con niveles elevados de arsénico), úlceras crónicas y cicatrices viejas.

Los niños, en tanto, son más susceptibles a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta que los adultos. “Esto ocurre porque en los chicos el sistema natural de protección no está desarrollado, entonces el daño solar es máximo y acumulativo”, agregó Viniegra e insistió en que los bebés menores de un año no deben estar expuestos en ningún momento al sol.

Tips para protegerse del sol

• Elija y busque la sombra: debajo de un árbol, techo, sombrilla o carpa.

• Use ropa y accesorios adecuados: gorro o sombrero de ala ancha, ropa de trama apretada (con mangas), anteojos de sol con filtros para RUV (radiación ultravioleta).

• Aplique abundante cantidad de protector solar, de amplio espectro (que proteja contra los rayos UVB-UVA), con FPS (factor de protección solar) +50.  Cubra toda la piel expuesta. La aplicación debe realizarse 30 minutos antes de ponerse al sol y renovarse cada 2 horas.

• Evite la exposición directa al sol desde las 10 de la mañana hasta las 16, cuando los rayos ultravioleta son más intensos.

•  Recuerde que las nubes dejan pasar el sol. La arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y aumentan su acción.

• Sepa que existen medicamentos que pueden ocasionar reacciones en la piel ante la exposición solar. Pregúntele a su médico.

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