Cómo repercute la cocaína

Esta sustancia de tipo estimulante es muy adictiva porque el efecto de “grandilocuencia” que causa su ingesta es de menor duración a medida que la adicción avanza. Su consumo puede devenir en diversas afecciones como las cardíacas y las respiratorias, además de lesiones neurológicas.

La cocaína es una droga que genera excitación psicomotriz, lo que provoca estados de  grandilocuencia. A nivel psicológico, es altamente adictiva. Como resultado, puede crear ansias físicas y psíquicas que hacen muy difícil que se puedan dejar de ingerir.

Por sus efectos estimulantes, esta droga afecta al sistema nervioso central, y proporciona a los usuarios una sensación intensa y rápida de poder y energía. Son notables los cambios bruscos de ánimo donde en un principio lo que se expresa como mayor sociabilidad y actitudes grandilocuentes, luego se traduce en irritabilidad, para luego desencadenar en reacciones violentas y depresión.

La cocaína es un polvo cristalino blanco fabricado a partir de hojas secas de la planta de coca. El efecto estimulante tras inhalarla dura entre 15 y 30 minutos, mientras que al fumarla permanece entre 5 y 10 minutos. Su poder adictivo radica en que ese estado tóxico de bienestar  cada vez dura menos, y para obtener similares resultado, se requieren de mayores cantidades de sustancia, ya que el estado de “bajón” que los usuarios refieren se les hace insoportable.

En la Argentina su consumo comenzaba ya a incrementarse en la década de los ’90. Se observaba su uso frecuente en empleados y empresarios que buscaban lograr un mayor rendimiento con la fantasía de que de esta forma su rendimiento podría ser más competitivo para enfrentar el riesgo del desempleo que se vivía en esos días.  Muchos de ellos, lamentablemente, asumieron con su propia salud el costo de contraer perturbaciones con secuelas muy importantes para su ulterior desarrollo personal, laboral y familiar.

En la actualidad, a la cocaína, se la menciona entre otros con nombres tales como  “coca”, “nieve”, “polvo”, “blanca”, “merca”, “línea”, “papel”, “raya”, “pala”, “ frula”.  Las formas de su consumo son mediante la inhalación por la nariz o inyectable por vía intravenosa  o subcutánea. En este ultimo caso, el pronóstico del tratamiento es altamente significativo, ya que al inyectarse el drogodependiente, lleva implícito un mayor grado de autoagresión, en el que muchas veces sus jeringas solieron ser usadas previamente o son compartidas en el momento.

En estos casos, el grado de dependencia física y psicológica es mayor, donde generalmente el hábito de la inyección se da una en una etapa ulterior de la carrera adictiva que padece el usuario. Los que presentan este hábito de  consumo se encuentran en los grupos de riesgo del contagio del VIH.

Trastornos y afecciones devenidas del consumo

 • La cocaína, al ser una sustancia estimulante,  eleva también la frecuencia cardiaca, aumenta la respiración, la presión arterial y la temperatura corporal. Los que la ingieren  por primera vez -aún los adolescentes- pueden sufrir ataques cardiacos fatales o experimentar insuficiencia respiratoria. El uso de cualquiera de estas drogas, incluso una vez, podría causar la muerte.

• Su uso puede desencadenar trastornos psicóticos e ideas persecutorias. Estos estados en un comienzo suelen manifestarse sólo bajo el efecto del consumo y se denominan “psicosis tóxicas”, aunque si el mismo se cristaliza, en la medida que la adicción no fuera tratada, el riesgo consistiría también en desencadenar un trastorno psicótico crónico en la personalidad de quién la consume. Es decir esos rasgos que sólo en un principio se vivenciarían bajo el efecto del consumo, ya serían propios de las alteraciones sensoperceptivas de la vida del adicto.  Estos rasgos suelen generar  grados de violencia domésticas, las agresiones callejeras, inducir al delito, accidentes de tránsito, etc.

• Su alto grado de toxicidad, genera lesiones neurológicas que podrían ocasionar convulsiones epilépticas generalizadas. Sus lesiones irreversibles del cerebro, por muerte neuronal, genera secuelas que disminuyen la actividad mental.

• También su consumo genera alteraciones sexuales, al punto tal que su uso prolongado ocasiona impotencia.

• Presenta problemas respiratorios que devienen en edema agudo de pulmón o colapso de pulmón. Al inhalarse, puede obstruir las vías respiratorias por la perforación que ocurriría del tabique nasal y destrucción de los huesos de la cara.

• El sistema gástrico también presenta perturbaciones que se traducen en vómitos, y diarreas graves. Estas son perforaciones gástricas,  colitis y lesión del hígado por daño celular, debido a que la cocaína es una sustancia altamente tóxica y clínicamente dañina, para este órgano.

• En el caso de que el consumo se produzca en embarazadas; el riesgo de aborto es altísimo. Puede generar desprendimiento de placenta y parto prematuro con inmadurez fetal. Los recién nacidos presentan una disminución notable de peso y cerebro de menor tamaño. Puede ocasionar lesiones cerebrales en el feto que causan su muerte antes de su nacimiento o su calidad de vida estaría condicionada por su daño permanente. Puede ocasionar también malformaciones congénitas y hasta muerte súbita durante el primer mes de vida.

 • Es habitual encontrar a consumidores de cocaína con fiebres muy altas, que pueden ser mortales.

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