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¿Deficiencia de yodo en embarazo disminuye el CI del bebé?

Expertos aconsejan una dieta rica en este químico, presente en lácteos y pescados blancos. Pero no recomiendan ingerir pastillas de algas ya que podrían perjudicar al feto.

Una leve deficiencia de yodo durante el embarazo puede disminuir el coeficiente intelectual (CI) de algunos bebés, de acuerdo a una investigación científica realizada en el Reino Unido.

Investigadores de las universidades de Surrey y Bristol, en Inglaterra, examinaron los casos de 1.000 familias y concluyeron que los niveles de inteligencia en alumnos de escuelas primarias cuyas madres tenían deficiencia de yodo durante sus embarazados fueron más bajos que lo normal.

Los expertos aconsejaron a las futuras mamás a mantener dietas ricas en yodo, que incluyan productos lácteos y pescados de carne blanca.

Las mujeres embarazadas fueron advertidas sin embargo a no tomar píldoras de algas, ya que contienen mucho yodo y podrían ser perjudiciales para la salud del bebé.

El yodo es esencial para el desarrollo del cerebro en un bebé ya que es necesario para la creación de algunas de las hormonas del cuerpo.

Una deficiencia severa de ese componente es la principal causa evitable de daños cerebrales en el mundo.

Inicialmente se creía que era un problema grave en los países en desarrollo, aunque ahora se demostró que naciones desarrolladas como el Reino Unido también cuentan con casos de mujeres embarazadas con deficiencia de yodo.

Los científicos británicos analizaron los niveles de yodo en muestras de orina tomadas a mujeres embarazadas del suroeste de Inglaterra.

«Es bien conocido que la deficiencia de yodo puede llevar a un desarrollo reducido del cerebro en el bebé», declaró Margaret.

Rayman, profesora de medicina nutricional de la Universidad de Surrey y autora principal del reporte.

La investigación concluyó que la deficiencia de yodo en las mujeres embarazadas es más común de lo estimado, al afectar al menos a dos tercios de las futuras mamás.

Sus hijos registraron CI más bajos a la edad de ocho años, afectando su capacidad para leer y comprender lo leído.

Otra de las investigadoras del informe, la doctora Sarah Bath, declaró a la BBC que en algunos casos se registraron «hasta tres puntos de diferencia en los CI de los niños nacidos de madres con deficiencia de yodo».

En ese sentido, destacó que corregir el problema «permitirá que el niño pueda alcanzar su máximo potencial», además de ser «un asunto importante de salud pública».

Las conclusiones fueron publicadas en el sitio online de la Asociación Dietética británica y recomendaron a las embarazadas y aquellas mujeres que amamantan ingerir unos 250 microgramos de yodo por día.

«Nuestra recomendación es que estas mujeres ingieran la cantidad necesaria de yodo, principalmente a partir de productos lácteos y pescados», subrayó la profesora Rayman, que indicó que los niveles de yodo en la leche orgánica son un 42% menores que en la leche normal.

En algunos países, como Estados Unidos, Dinamarca y Holanda, se le agrega yodo a la sal para que el pan y otros alimentos procesados se vuelvan importantes fuentes de yodo en la alimentación diaria.

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