“Entrenarse mentalmente es jugar con ventaja”

Lic. Marcelo Roffé

Los deportistas de alto rendimiento no sólo necesitan entrenar. El nivel de competitividad al que están expuestos exige, además, otro tipo de preparación. La Psicología del Deporte es la especialidad que sirve para que un jugador de fútbol, por ejemplo, pueda lidiar con los miedos y las presiones antes de un partido importante.

 

Según explicó a DocSalud.com el Licenciado Marcelo Roffé*, especialista que trabajó junto a jugadores de la talla de Lionel Messi, Carlos Tévez, Sergio Agüero y Javier Mascherano, “la mente representa el 25% del rendimiento de un deportista y si ese lugar de preparación no lo ocupa un psicólogo del deporte, se lo ocupa mal”.

 

En entrevista exclusiva indicó que si bien el profesional tiene que fortalecer las metas de un equipo, “no se debe perder el contacto uno a uno con cada jugador y también prestar atención a las diferencias individuales”. Este vínculo estrecho apunta a que el deportista pueda superar obstáculos y lidiar con el estrés. En ese sentido, Roffé enfatizó en que “entrenarse mentalmente es jugar con ventaja”. 

 

 

Periodista: ¿Cuál es la función específica del psicólogo del deporte?

 

Marcelo Roffé: Fortalecer y optimizar el aspecto mental y emocional de los deportistas y de los equipos a través de herramientas psicológicas para lidiar con miedos y tensiones, mantener el foco de atención, fortalecer la toma de decisiones, la motivación y el planeamiento de metas, además de ayudar a la interacción grupal. Por otra parte, también debe asesorar a los entrenadores y complementarlos, a modo de trabajo interdisciplinario.

 

P.: ¿Cómo opera?

 

M.R.: Puede operar inserto en un cuerpo técnico o en un cuerpo médico. También puede asesorar de manera externa o en la intimidad del consultorio.

 

 

P: ¿Los deportistas de alto rendimiento suelen tener un apoyo constante del psicólogo del deporte o sólo antes de las grandes fechas?

 

M. R.: Cada vez demandan más nuestro apoyo. Está el que trabaja lo mental siempre, porque quiere crecer y tiene autocrítica, y también está el que tiene prejuicios y que nunca se acercará a un profesional por creer que es para locos o enfermos. A su vez existe el que lo busca antes de una competencia importante, pero eso es un problema, ya que nunca es bueno trabajar a corto plazo. Los milagros no existen y los resultados se ven con el tiempo.

 

P.: ¿Cuáles son los trastornos psicológicos más típicos de los deportistas?

 

M.R.: El estrés que genera la competencia es uno. A su vez, está el miedo de no poder dar lo que el público espera. En ese sentido, la presión de la mirada de los otros y la televisación también incide. Pero por otra parte existen trastornos previos a la competencia, como por ejemplo la ansiedad, la falta de confianza, el no soportar el error, las submotivación, la pérdida del foco de atención y las consecuencias psicológicas que generan las lesiones reiteradas y el retiro, entre otras cuestiones.

 

P.: ¿Y los riesgos psicológicos tras un resultado bueno o malo?

 

M.R.: El principal es el de perder el equilibrio emocional, ya que el deporte individual plantea extremos: si te va bien, te crees el mejor y si te va mal, el peor. Se debe trabajar mucho este aspecto, porque como decía Ringo Bonavena “suena la campana y te sacan hasta el banquito”. En un equipo, este riesgo es un poco más leve, porque arrancás mal y la estructura te contiene.

 

P.: ¿Cómo se adapta la Psicología del Deporte a las distintas etapas del deportista, ya sea cuando recién empieza, en el auge de su carrera y cuando se retira?

 

M.R.: Trabajar el “veneno” del éxito es el aspecto más difícil, ya que para el deportista es duro llegar, pero el verdadero desafío es mantenerse y superarse. Cuando son chicos, también se debe trabajar con los padres, para que ellos los acompañen y no los presionen. Es indispensable que no busquen salvarse con sus hijos, ni poner en ellos todas sus frustraciones. Ese tema fue tratado el libro “Mi hijo el campeón, las presiones de los padres y el entorno”, donde junto a mis colegas Alfredo Fenili y Nelly Giscafré enumeramos siete tipos de padres desequilibrados. También enfatizamos en que el cementerio del deporte está lleno de talentosos. En el otro extremo, se debe trabajar mucho la etapa del retiro, ya que ésta suele ser una traumática instancia de crisis. En general, es el deporte el que retira al deportista y no al revés. Esto sucede porque el deportista no fue asesorado para desarrollar otra zona del interés que no sea el deporte que practicaba, entonces su vida se transforma en un drama, salvo en casos excepcionales.

 

P.: ¿Cómo es el  trabajo interdisciplinario entre entrenador y psicólogo del deporte?

 

M. R.: Depende del caso. Hoy queda bien decir que entrenador y psicólogo trabajan en equipo, pero eso no siempre sucede. Se trabaja más en la multidisciplina, donde cada uno hace lo que puede pero no siempre hay comunicación. El modelo ideal es el de la interdisciplina, pero esa metodología amerita un líder y eso no algo es fácil de conseguir. En realidad, sobran jefes y faltan líderes que sepan escuchar a todas las disciplinas entre las que se encuentran la psicología, la nutrición y la fisiología y así tener mejor información para una buena toma de decisiones. 

 

* Marcelo Roffé es Licenciado en Psicología y Magíster en Psicología del Deporte por la Universidad Complutense de Madrid.  Es presidente de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina. Se desempeña como docente en la UBA y la UP y es autor de siete libros sobre la especialidad. Trabajó en las Selecciones Juveniles de Fútbol con el equipo de José Pekerman, entre 2000 y 2006.         

 

www.marceloroffe.com

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