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Estiman que por ley de control de tabaco se evitarán 10 mil muertes en 10 años

Por Ana Paula Cordero.- En el Día Mundial, especialistas apoyaron la medida que permitirá limitar las actividades de promoción y patrocinio. Fumar mata a 40 mil argentinos cada año.

El tabaquismo es una de las principales causas de muerte en el mundo. En Argentina se estima que más de 40 mil personas mueren cada año por patologías relacionadas, tales como tumores, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. En este contexto, es una buena noticia que esta semana se haya aprobado la reglamentación que constituye el marco regulatorio de la Ley Nacional de Control de Tabaco N° 26.687, sancionada en 2011. A partir de esta regulación el viceministro de Salud de la Nación, Máximo Diosque aseguró: “Se calcula que se van a poder evitar 10 mil muertes en diez años. Esto constituye la herramienta demostrativa de la presencia y el compromiso del Estado con la sociedad toda para vencer el flagelo del tabaquismo”.

Este es un gran paso para lograr su efectiva aplicación, reducir el consumo y la exposición. Ahora es necesario que las provincias que aún no lo hicieron adhieran a la ley para garantizar que todas las medidas se implementen en sus territorios”, consideró Mariela Alderete, vicedirectora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina. En esa organización señalan: “El reglamento toma medidas para su fiscalización y control, prevé los mecanismos para efectuar denuncias y reclamos y delimita las excepciones de la ley, especialmente en materia de prohibición de publicidad, promoción y patrocinio de estos productos. También garantiza la protección de todos los trabajadores de la exposición al humo ajeno”.

Para la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) entre los puntos destacados de esta norma están la creación de la Comisión Nacional de Coordinación para el Control del Tabaco, la definición clara de «lugar cerrado» y «lugar abierto», la prohibición de publicitar en discotecas, salas de juego, bares, restaurantes, paseos de compra y otros sitios de acceso público. Además, los espacios de venta, exhibición, distribución y promoción deberán contar con habilitación específica para la venta minorista de estos productos y estarán prohibidas pantallas gigantes, avisos luminosos y móviles, entre otros.

Ayer, el Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundieron los resultados completos de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (EMTA), efectuada por primera vez en el país en 2012. “La realización de la encuesta y la reglamentación de la ley son dos hitos para mejorar la salud en Argentina. También es importante que se actúe sobre las publicidades escondidas del tabaco, como en vestimenta, películas o series de televisión”, apuntó el representante de OPS/OMS en el país, Pier Paolo Balladelli.

Límites a las tabacaleras

Cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve el Día Mundial sin Tabaco, este año el objetivo es impulsar la prohibición completa de toda forma de difusión o patrocinio, ya que en el mundo se comprobó que de este modo se reduce el número de personas que adquieren o mantienen la adicción a esta sustancia. Así lo manifestó Douglas Bettcher, director del departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de ese organismo internacional: “Los estudios muestran claramente que una tercera parte de las experiencias de los jóvenes con el tabaco son resultado de la publicidad y la promoción de ese producto. La mayoría de los usuarios comienzan su dependencia antes de los 20 años y no hay duda de que los cigarrillos son una droga mortal y altamente adictiva, por lo que prohibir su promoción es la única vía de cara al futuro”.

La AAMR apoya la iniciativa de la OMS y afirma que es una de las medidas más eficaces para reducir el consumo de tabaco en la población y proteger su salud: “Está demostrado que estas actividades atraen a nuevos consumidores, aumentan la posibilidad de que niños y adolescentes comiencen a fumar o que de la experimentación pasen al consumo regular, también incentivan a las personas a fumar o a seguir haciéndolo y engañan al consumidor con términos como light, suaves o bajos en alquitrán, que le hacen pensar que consumir ese tipo de cigarrillos provoca un daño menor”.

En el mismo sentido, Alderete consideró que las acciones promocionales y publicitarias, no sólo incrementan la iniciación al consumo sino que también debilitan el efecto de las campañas públicas de concientización y las advertencias sobre las consecuencias para la salud, y agregó que la reglamentación de la ley nacional es una herramienta decisiva para limitar las acciones de marketing de las tabacaleras y luchar contra la epidemia de tabaquismo.

Aunque la norma no establece una prohibición completa de estas actividades, sí contiene una restricción amplia y ya no se ven avisos publicitarios en los medios de comunicación y en la vía pública, como en el pasado. “Una de las principales fortalezas del reglamento es que circunscribe la publicidad en el punto de venta: sólo podrán colocarse carteles fijos de 30cm x 30cm que incluyan una imagen de advertencia sanitaria”, puntualizan en FIC Argentina.

Disposiciones efectivas que tienen consenso

Los argentinos muestran ser conscientes sobre la necesidad de implementar medidas contra el consumo de este tipo de productos. El 82%, de hecho, declara que se debería prohibir la publicidad sobre el tabaco, que representa una de las principales causas de mortalidad prevenible en el mundo y que este año matará cerca de 6 millones de personas”, afirmó Balladelli. En cuanto al precio de los cigarrillos, el 74,8% de la población manifestó estar a favor de la suba.

Además, según la EMTA, el 92,3% de los encuestados dijo estar a favor de la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados, con lo cual hay un altísimo apoyo social para que se cumplan las disposiciones aunque esto no se haga acabadamente, ya que el mismo sondeo reveló que la mitad de la población argentina estuvo expuesta al humo del cigarrillo en estos recintos (en especial los jóvenes de entre 15 y 24 años). De todos modos, hay que destacar que hubo un descenso en la exposición al tabaquismo pasivo en todo el país: bajó del 52% en 2005 al 40,4% en 2009, a partir de la implementación de las leyes N°1799 (en 2005) y N°3718 de ambientes 100% libres de humo, según datos de la segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación.

El tabaquismo en las distintas edades

El 24,5% de los adolescentes argentinos fuma y un 52% probó en alguna oportunidad, como se mostró en un sondeo nacional de 2007. Un aspecto preocupante es el descenso en la edad de inicio: el 44,5% probó el cigarrillo por primera vez entre los 12 y los 13 años, mientras que un 21,6% lo hizo a los 11 años o antes.

Por otro lado, en la EMTA se destaca que en Argentina, los adultos entre los 50 y los 64 años son quienes más fuman (casi 20 cigarrillos diarios) pero que la mayor proporción de fumadores (28,2%) se encuentra en la franja entre los 25 y 34 años. El sondeo realizado entre 6645 personas de más de 15 años de todo el país, muestra que el 77% de los encuestados consume diariamente un promedio de 12 cigarrillos, mientras que una de cada dos personas hizo el intento de dejar la adicción en el último año, en especial los más jóvenes.

Beneficios de dejar el cigarrillo

Más de 700 mil argentinos dejaron de fumar en los últimos cinco años, según datos de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos. Estas personas seguramente ya habrán notado la mejora en la calidad de vida que señalan los expertos: a tan sólo 20 minutos de abandonar el consumo de tabaco se regresa a los niveles normales de presión arterial y frecuencia cardíaca, a las 48 horas se normalizan los sentidos del gusto y olfato y a las 72 horas la función respiratoria. A los 6 meses disminuyen los resfríos, bronquitis y molestias de garganta mientras que al año baja la probabilidad de trombosis o embolias cerebrales y se reduce a la mitad el riesgo de infarto. Entre los 3 y 4 años luego de dejar el cigarrillo se consigue equiparar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas con el de los que nunca fumaron. Pero aun les esperan otros beneficios, ya que a los 10 años de dejar el cigarrillo se iguala el riesgo de cáncer de pulmón o de accidente cerebro vascular con el de los no fumadores.

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