La Sociedad Argentina de Pediatría cumple 100 años

El organismo, fundado en 1911, está integrado por más de 15 mil profesionales. En el marco de su centenario, más de 30 ONGs que trabajan por la niñez y la adolescencia firmaron la “Declaración por la infancia”, un compromiso para mejorar la situación actual de esta población.

Un equipo de científicos europeos ha logrado producir por primera vez en animales «anticuerpos neutralizadores» del virus de la hepatitis C (VHC), que abren la vía a la elaboración de una vacuna contra esa enfermedad, comunicó hoy el Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS).

En su estudio, publicado en la revista estadounidense «Science Translational Medicine», los investigadores explican que utilizaron una nueva estrategia basada en el desarrollo de estructuras similares a las partículas del virus pero que no son peligrosas porque no contienen material genético y no permiten que se expanda.

La novedad de este proceso, según el comunicado, residió en la creación de pseudo-partículas virales quiméricas construidas con fragmentos de dos virus diferentes, en este caso, un «retrovirus» de ratón cubierto con proteínas del VHC.

Gracias a esta técnica, los científicos, liderados por el investigador David Klatzmann, observaron por primera vez en ratones y monos, en reacción a una vacuna con esas partículas, la producción de anticuerpos neutralizadores de ese virus.

Por primera vez también se consiguió que los anticuerpos desarrollados tengan una actividad de amplio espectro, es decir, que sean capaces de neutralizar los diferentes subtipos del VHC.

El CNRS resaltó que esta tecnología puede ser aplicada en el desarrollo de vacunas contra otras infecciones, como el virus del SIDA (VIH), el dengue o el virus sincicial respiratorio (VSR), el principal agente infeccioso de la población infantil, causante de la bronquiolitis entre otras enfermedades.

La hepatitis C es una inflamación del hígado que en el peor de los casos puede provocar insuficiencia hepática o cáncer de hígado, y que se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo que puede suceder en casos de transfusiones de o por el uso de jeringas infectadas.

Según el CNRS, esta enfermedad es un importante problema de salud pública dado que alrededor de 200 millones de personas están infectadas en el mundo y en algunas regiones la padecen entre el 10 y el 30% de la población.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que si no hay una intervención rápida para contener su propagación, la mortalidad causada por ésta podría superar a la provocada por el VIH, ya que los tratamientos existentes son muy costosos y poco accesibles para los países del sur.

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