Nuevo método para evitar enfermedades antes de la gestación

Se trata del screening genético preimplantacional, que ayuda a detectar un mayor número de patologías hereditarias que técnicas anteriores. Puede utilizarse para el análisis de células embrionarias aún cuando ninguno de los pacientes registre antecedentes familiares.

A más de 20 años de la creación del diagnóstico genético preimplantatorio (PGD), técnica que permite identificar anomalías genéticas en los embriones antes de su transferencia al útero, ya es posible detectar un número mayor de enfermedades mediante el screening genético preimplantacional (PGS, según su sigla en inglés). Esta novedosa técnica se aplica en un número mayor de personas ya que puede ser utilizada aún cuando no se registren antecedentes de desórdenes genéticos que justifiquen el análisis de las células embrionarias antes de transferirlas al vientre materno.

“La prescripción para hacer un screening de embriones está asociada a datos estadísticos y no a los antecedentes puntuales de la pareja que busca un embarazo. Uno de estos indicadores es  la edad de la mujer, ya que sabemos que a medida que aumenta se incrementan los riesgos de sufrir abortos espontáneos o alteraciones genéticas”, señaló el doctor Gabriel Fiszbajn, jefe de medicina reproductiva del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGyR).

Fallas reiteradas de tratamientos de fertilización in vitro, abortos e  incluso la edad del hombre, son algunos de los factores que inciden en la realización de esta prueba. La gran diferencia es que “con el PGS se pueden estudiar todos los cromosomas completos, lo que permite seleccionar los enbriones más aptos para garantizar el buen desarrollo gestacional y la prevención de enfermedades”, agregó Fiszbajn.

La lista de alteraciones que se pueden detectar y evitar aumenta día a día. Mediante el diagnóstico genético preimplantatorio y el PGS, familias diezmadas por patologías como la fibrosis quística y otras ligadas a la herencia de un gen defectuoso como determinados cánceres de mama,  o los llamados “bebés medicamento” -aquellos seleccionados especialmente para que su médula pueda ser útil para salvar a un hermano- pueden revertir su  legado.

“A medida que avanza la ciencia podemos tomar el mejor camino hacia la fertilización. Las limitaciones lógicas que tiene el PGD ahora pueden superarse con el screening, que nos permite asomarnos al futuro de cada embrión. Igualmente, es importante señalar que todavía no está especificado en qué medida influyen estos análisis en la implantación. No hay que olvidar que existe cierto grado de manipulación celular”, reflexionó el especialista.

De igual manera, es de esperar que este tipo de avances propicien en el  corto plazo un aumento de las tasas de efectividad de estas técnicas de reproducción asistida que, actualmente, rondan en el 25 % de eficiencia.

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