OMS presentó nuevas directrices sobre gestión de pandemias de gripe

A partir de ahora, estarán basadas en evidencias reales de contagio y de severidad del virus. Antes se hablaba de pandemia mundial si había brotes en dos países de una misma región y en otra nación de un área distinta. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó hoy las nuevas directrices sobre gestión de pandemias de gripe, que a partir de ahora estarán basadas en evidencias reales de riesgo de contagio y severidad del virus.

Las pautas que se aplicaban hasta ahora establecían una serie de criterios que «debían cumplirse» para poder subir en la escala de severidad hasta llegar a la declaración de una pandemia mundial.

Así, por ejemplo, con las antiguas directrices se declaraba automáticamente una pandemia si había contagio sistemático entre humanos de una comunidad en dos países de una misma región y en una nación de otra región.

A partir de ahora no habrá criterios que cumplir, sino que, basándose en las evaluaciones nacionales de cada país, la OMS decidirá que es pertinente convocar a un comité de expertos de emergencia que, a su vez, valorará la información disponible, calculará los riesgos y estimará la necesidad de declarar o no una pandemia mundial.

Las directrices fueron revisadas tras detectarse que en 2009 con la crisis de la influenza H1N1, conocida como la gripe A, se declaró una pandemia en base a unas estimaciones que nunca se dieron.

Durante estos años, los expertos de la OMS, en consultas con los países, decidieron hacer «más flexibles» las directrices para que pudieran adaptarse mejor a unas epidemias que por sí mismas son impredecibles.

A partir de ahora, cuando se detecte un aumento razonable de casos de contagio de un virus animal a humanos, se comenzará a investigar; en caso de que este mute y se transmita de humano a humano se acelerará el control y la comunicación y se establecerá una «fase de alerta».

Se tendrá que tener en cuenta los índices y la rapidez de transmisión, la severidad clínica y el impacto que el brote tenga en el sistema de salud del país concernido.

A partir de ese momento los países deberán hacer sus propias evaluaciones nacionales y locales y, por su parte, la OMS hará las suyas, y en función de los resultados se tomarán las decisiones correspondientes.

A partir de ahora las directrices serán de nuevo evaluadas por los Estados, que podrán hacer recomendaciones al respecto, y llegado el caso, aquellas podrían alterarse e incluir o excluir algún elemento, un proceso que debería estar listo antes de final de año.

No obstante, las directrices ya se aplican y se podrían implementar en caso de que la epidemia de H7N9 que afecta a China volviese a intensificarse. 

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