Partir comprimidos reduciría la acción terapéutica de la medicación

Un nuevo estudio sugiere que la práctica común de dividir las pastillas, que muchos pacientes y médicos hacen para ahorrar dinero o para tragar remedios con más facilidad, es inexacta y hasta peligrosa. Es porque en el proceso se alteran las dosis indicadas.

Partir las pastillas podría alterar las dosis recomendadas, según un estudio

Investigadores de la Facultad Farmacia de la Universidad de Gante, Bélgica, encontraron que casi un 31% de los comprimidos que se dividen en fragmentos se alejan de su peso teórico un 15% o más. Otro 14 % de las pastillas fragmentadas difieren de las dosis recomendadas en 25% o más, de acuerdo con este estudio, publicado en la revista Journal of Advanced Nursing.

 

El trabajo señala que la práctica podría tener graves consecuencias clínicas para las pastillas, que tienen un estrecho margen entre las dosis terapéuticas y tóxicas.

 

Para el estudio, cinco voluntarios dividieron ocho pastillas de varios tamaños usando tres herramientas: un cuchillo de cocina, tijeras y un aparato especial para dividir comprimidos. Incluso el método más preciso (el aparato de división) provocaba un margen de error de 15 a 25% en el 13% de los casos. Se pesó cada fragmento después de la partición para determinar en cuánto se desviaba del peso teórico.

 

La Dra. Charlotte Verrue, coordinadora de la investigación, señaló que decidió realizar el estudio luego de que enfermeras de residencias para ancianos le preguntarán cuál era el mejor método para partir las pastillas en la práctica diaria, independientemente del tipo o tamaño, o de si había líneas de separación.

 

Del grupo de los cinco voluntarios, solo uno (un técnico de laboratorio) tenía experiencia en la división de pastillas, apuntó Verrue, y cree que esta situación es común en las residencias para ancianos donde no siempre una enfermera profesional realiza esta tarea.

 

Los participantes dividieron ocho pastillas de diferentes formas y tamaños, recetadas para afecciones como la enfermedad de Parkinson, insuficiencia cardiaca congestiva y artritis en 3.600 mitades o cuartos. Tres pastillas no tenían líneas de separación, tres tenían una línea de separación y el resto dos.

 

«Las enfermeras son las que deberían partir las pastillas, pero no es siempre el caso en la práctica diaria», debido a la escasez de personal, señaló Verrue. «Además, tampoco creo que las enfermeras tengan un entrenamiento especial en la división de comprimidos», agregó.

 

La división de tabletas y comprimidos es una práctica cotidiana en los asilos de ancianos. Sin embargo, según señalan los autores del trabajo, no todas las formulaciones son adecuadas para la separación, e incluso cuando lo son, pueden ocurrir grandes desviaciones de la dosis o pérdida de peso teórico. Esto podría tener graves consecuencias clínicas de los medicamentos donde hay una pequeña diferencia entre las dosis terapéuticas y tóxicas. Verrue señala que incluso las desviaciones minúsculas en la dosis de algunos medicamentos pueden causar problemas críticos, tales como en los remedios para el ritmo cardiaco irregular, coágulos y convulsiones.

 

Tras la difusión del estudio se resalta la necesidad de disponer de una mayor diversidad en las presentaciones de los medicamentos, a fin de cubrir las necesidades para todos los tipos de pacientes y garantizar la administración de dosis exactas. Verrue hizo un llamado a las compañías farmacéuticas para que introduzcan más variedad de dosis y alternativas líquidas para que la división de pastillas sea algo cada vez menos necesaria. No obstante, señaló que los fabricantes de medicamentos podrían resistirse a esta medida ya que afecta sus beneficios.

 

Fuente: Sciencedaily Fecha: 11 de febrero, 2011

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