Probarán una “máquina del sueño”

Investigadores italianos experimentarán con un dispositivo portátil que busca terminar con el insomnio. Emite estimulaciones eléctricas sobre las áreas frontales y parietales del cerebro, así como también en las destinadas a la atención.

La "máquina del sueño" se probará en 20 jóvenes

Investigadores italianos experimentan con una bautizada «máquina del sueño» que, de revelarse efectiva, podría constituir la solución para los 12 millones de italianos que padecen de insomnio. El anuncio de las pruebas en marcha se realizó durante el Congreso de la Sociedad Europea de Neurofisiología clínica, en la Universidad Católica de Roma.

Se trata de un aparato portátil que emite estimulaciones eléctricas (de baja dosis e indolora) en condiciones de actuar sobre las áreas frontales y parietales del cerebro o aquellas destinadas al control emotivo y al nivel de atención.


El dispositivo testeado por investigadores italianos, está constituido por placas móviles, capaces de moverse sobre la cabeza de los pacientes, conectadas a un estimulador a batería.

Las placas envían al cerebro corriente de baja intensidad «con varias dosis para probar lo que sabemos en teoría: conocemos los circuitos implicados en el proceso de adormecimiento y sabemos que estas corrientes eléctricas están en grado de inhibir o excitar las neuronas», explicó a Paolo Maria Rossini, coordinador del experimento y docente de Neurología de la Universidad Católica.

«Nuestro experimento evaluará ambas posibilidades, inhibición y excitación e intentaremos posicionar los electrodos también sobre los mastoides, el hueso situado detrás de la oreja.
En esta posición, se creará un flujo de corriente que atraviesa el tronco del encéfalo, donde están localizados los centros cerebrales que regulan el sueño», añadió.

Unos 20 jóvenes, de entre 22 y 28 años, aceptaron someterse al estudio, que es semanal, consistente en una estimulación de 15-20 minutos. Después pasarán la noche en el Laboratorio de Psicofisiología del Sueño de la Universidad Sapienza, controlados por un encefalograma.

Esta etapa de la prueba es conducida sobre sujetos sanos y sólo posteriormente se podrá proceder con el análisis de individuos insomnes.

«Estudiaremos la velocidad de inducción al sueño y verificaremos si puede ser modulada por las estimulaciones», precisó Rossini.

En los insomnes, el tiempo que corre entre el cierre de los ojos y el sueño puede llegar en «diversas decenas de minutos» y, una vez alcanzado el adormecimiento, puede haber «continuas interrupciones que impiden un perfil del sueño completo con todas sus fases», explicó el neurólogo.

El origen de esta perturbación no está aún aclarado pero, según el profesional, se trata de una combinación de factores psicológicos, metabólicos y genéticos.

Para conocer el éxito del experimento con la «máquina del sueño» será necesario esperar un año y si los resultados son positivos, los insomnes crónicos podrán abandonar los fármacos y adormecer el cerebro con un poco de electricidad.

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