Psoriasis: más rápido no siempre es mejor

Nunca antes han cobrado tanto valor la inmediatez y la velocidad, que han llegado a convertirse en un "deber ser" de nuestras vidas. Pero este precepto pierde toda su fuerza en lo que respecta al cuerpo. Una aceleración de determinados procesos biológicos en el organismo provoca este cuadro, que surge por un recambio de las células de la piel más rápido de lo normal.

La psoriasis se manifiesta a través de lesiones enrojecidas, secas e inflamadas cubiertas por escamas blancas. En condiciones normales, las células de la piel demoran aproximadamente un mes en madurar y desprenderse, pero en una persona con la afección, se desencadena un mecanismo posiblemente autoinmunitario que torna más rápido este ciclo de maduración.

 

A la vez, estas células no se desprenden del cuerpo, por lo que comienzan a acumularse en la piel, y son ellas las que dan el aspecto característico de esta enfermedad.

 

Si bien puede presentarse a cualquier edad, suele aparecer en la adultez, y afecta a hombres y a mujeres por igual. Las partes que principalmente se ven afectadas son la rodilla, el codo, el torso y el cuero cabelludo. Otras zonas en las que también pueden aparecer las lesiones psoriásicas son las uñas, las plantas de los pies, las palmas de las manos y los genitales.

 

Las costras pueden desaparecer por largos períodos y reaparecer ante determinados factores desencadenantes. Entre ellos se encuentran el estrés, el clima frío y seco, el uso de determinados medicamentos, las infecciones, las lesiones en la piel, y la falta o el exceso de luz solar.

 

¿Es grave? ¿Tiene tratamiento?

 

Si bien se trata de una enfermedad crónica, la psoriasis no es grave, pero puede serlo en el caso de las personas con un sistema inmunitario debilitado. Es posible que afecte en mayor o menor medida la calidad de vida, ya que, aunque no es contagiosa, algunas personas sienten angustia al tener expuestas sus lesiones en su trabajo o en su vida social, lo que puede desembocar en depresión.

 

Algunos individuos también tienen algunas restricciones en cuanto al tipo de actividades que pueden realizar. Además, esta afección puede generar picazón intensa y dolor.

 

Aún no se ha encontrado una cura para la psoriasis, por lo cual su tratamiento apunta principalmente a prevenir las infecciones y a controlar los síntomas. Para ello, pueden emplearse algunos medicamentos de aplicación tópica o remedios sistémicos, además de fototerapia.

 

A fin de evitar exacerbaciones de la psoriasis, es recomendable mantener la piel humectada y limpia, así como evitar las situaciones o elementos que desencadenan la enfermedad. Es importante no rascarse mucho, ya que se podría generar irritación y dar lugar a un brote.

 

Para evitar una posible sobreinfección es primordial mantener como conducta higiénica el lavado frecuente de manos. En climas o ambientes secos, podría colocarse un humidificador. Dado que cualquier situación que afecte el sistema inmunitario puede repercutir en la psoriasis, es importante tratar de mantener un estado armónico de salud.

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