REUNIóN DE COMISIONES |

Senado debatió en comisión proyectos de “muerte digna”

Por Celina Abud.- Expertos en bioética, derecho y religiosos discutieron propuestas para abordar esta problemática y la de los cuidados paliativos. Estuvieron presentes Selva Herbón y Susana Bustamante, madres de Camila y de Melina González. Esperan una media sanción para noviembre.

Selva Herbón y Susana Bustamante, en el debate del Senado.

La Comisión de Salud y Deporte del Senado de la Nación convocó una con las Comisiones de Legislación  General, de Presupuesto y Hacienda Y Previsión Social para tratar cinco proyectos de ley relacionados a la muerte digna, en el Salón Manuel Belgrano del Edificio Anexo de la Cámara de Senadores. Con la presencia entre el público de Selva Herbón, quien espera la norma para retirarle el soporte vital a su pequeña hija Camila, en estado vegetativo permanente – y Susana Bustamante, madre de Melina González, la joven ya fallecida que instaló el debate en la agenda política, expertos en bioética, religiosos y especialistas en Derecho compartieron los puntos a favor de las propuestas y las sugerencias para mejorarlas.

Uno de los proyectos discutidos fue el del senador Samuel Cabanchik (Proyecto Buenos Aires Federal), considerado por los expertos como el más completo ya que aborda la muerte digna, los cuidados paliativos y el estado de vida vegetativo. Pero también se trataron las propuestas de Elena Corregidor, Liliana Felner y César  Gioja (Frente para la Victoria) y Liliana Negrete Alonso (PJ) PJ. Cabanchik confirmó a DocSalud.com que espera que la ley tenga media sanción para noviembre.

Entre los invitados a discutir la propuesta estaba la Dra. Florencia Luna, del Area de Bioética del FLACSO, quien destacó que en el escrito de Cabanchik se incluyan las voluntades anticipadas (dejar por escrito no someterse a determinados tratamientos) y la elección paliativa (tratamientos que no curan pero alivian durante la etapa terminal). También celebró que en el texto, la objeción de conciencia – es decir, la negación del médico de retirar el soporte vital – sea personal y no institucional. Por otra parte, destacó que las voluntades asentadas por escrito puedan ser revisadas y cambiadas por el afectado. “Este debate cobra especial sentido, ya que los pacientes pueden quedar prisioneros del sistema de salud”, sostuvo.

A su vez,  el padre Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la UCA, planteó la necesidad de que exista legislación sobre muerte digna o que se integre esta problemática a la Ley 26.529  sobre los Derechos del Paciente  (que aún espera ser reglamentada). Y agregó que a pesar de que la norma finalmente se concrete, llamó a no olvidarse a que “es más difícil retirar un soporte vital que colocarlo”.

Por su parte, la Dra. Vilma Tripodoro, experta en cuidados paliativos destacó que este aspecto, “es un eje central del proyecto de Cabanchik”, ya que la atención es vital para “la prevención del sufrimiento y el alivio del paciente”. Agregó que estas terapias pueden realizarse con fármacos “eficientes y económicos como la morfina” y resaltó la importancia de que la propuesta incluya “los cuidados paliativos en domicilio”, si el paciente así lo desea. Por último destacó la necesidad de esta norma, ya que no existe legislación sobre estos tratamientos a nivel nacional.

El Dr. Carlos Castrillón, Secretario de Educación Médica de la Facultad de Medicina de la UBA, abordó la cuestión del encarnizamiento terapéutico, es decir, cuando se le administra al paciente tratamientos que no son proporcionales con los beneficios otorgados. Al respecto dijo que esta elección  “puede responder más a los avances de la industria y a la omnipotencia médica que a las necesidades del paciente”, por lo que recordó que la tecnología “debe ser un medio y no un fin”. Para concluir, destacó que, en algunos casos, los tratamientos “no procuran una vida aceptable, sino que se prolonga el proceso de muerte”.

Desde la perspectiva legal, el Dr. Ricardo Rabinovich, profesor titular de la Facultad de Derecho de la UBA, enfatizó en que “es necesario modificar el Código Penal argentino para que un médico que limite el soporte vital no sea condenado por homicidio, o lo que es peor, por homicidio agravado o premeditado”. Recordó además que de acuerdo al Juramento Hipocrático, “el médico se compromete a hacer lo mejor para el paciente, lo que no necesariamente significa extender el tratamiento hasta las últimas consecuencias”.

También se invitó a la periodista Sofía Caram, quien contó el caso de su hermana Layla que, aunque había nacido con un retraso madurativo, tuvo hasta los 8 años “una vida normal”. A partir de entonces, a causa del daño neurológico, dejó de caminar, de hablar y controlar esfínteres. Por un paro, tuvo que estar conectada a un respirador, hasta que pudo volver a respirar por sus propios medios. “Los médicos, con buen tino, nos advirtieron que si Layla volvía a entrar en crisis,  había que conectarla de nuevo, pero que su situación seguiría siendo progresiva e irreversible. Nos ofrecieron no hacerlo. Entonces, cuando mi hermana tuvo otra crisis, decidimos no conectarla , porque mantener la situación de mi hermana durante años no significa amor”, dijo entre lágrimas.

Para abordar la perspectiva pediátrica, estuvo presente la Dra. Fernanda Ledesma, del Comité de Bioética del Hospital Garrahan, quien se preguntó  “si todo lo que es técnicamente posible es éticamente correcto”. Y la Dra. María Elisa Barone, del Comité de Bioética del INCUCAI pidió precisión en las leyes, ya que “el estado vegetativo permanente no significa muerte inminente en seis meses”.

Entre los demás expositores estuvieron el Dr. Daniel Chávez, profesor de Bioética de la Universidad de Morón; el Dr. Carlos Caramuti, Profesor de Derecho de la Universidad de Tucumán; el Padre Andrés Tello Cordero; representantes de la Asociación Psicoanalítica Argentina y el Dr. Juan Carlos Tealdi de la Secretaría de Derechos Humanos, entre otros.

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