Tren ALMA, un hospital sobre las vías

Por Francesco Garabello.-  Desde hace más de 30 años, este centro de salud ambulante brinda asistencia a niños de localidades “olvidadas”. DocSalud.com dialogó con el pediatra Antonio Infantino, quien coordina a los voluntarios que viajan cada 40 días y con Fito Pochat, quien plasmó estas travesías solidarias en un documental.

El equipo de voluntarios de ALMA realiza un viaje cada 40 días

A menos de un mes de su última salida, el Tren-Hospital para Chicos de la Fundación ALMA inició el 17 de junio un nuevo viaje para atender, durante la segunda quincena de junio, a las comunidades de Pampa Blanca y Maquinista Verón, en la provincia de Jujuy. Desde el pasado miércoles 22 y hasta el 30 de junio, el equipo de la fundación prevé brindar atención médica primaria a cerca de 1000 chicos.

 

Ambos poblados son comunidades pequeñas y humildes compuestas por campesinos que viven de la agricultura y la ganadería de pequeña escala. “Pampa Blanca y Maquinista Verón, por ejemplo, están en el sur de Jujuy y tienen su hospital de referencia en la ciudad de Perico” comentó  DocSalud.com el Dr. Antonio Infantino, médico pediatra voluntario y coordinador médico de ALMA. Lo que sucede es que estas comunidades, al estar a varios kilómetros de distancia de los centros de salud “no tienen posibilidades, siquiera, de atenderse porque no hay pediatras ni odontólogos… no hay nada” indicó Infantino para luego agregar que, en algunos poblados, puede haber “una salita y, si hay un enfermero, es mucho”.

 

Tanto en estas comunidades, como en el resto de las visitadas por el Tren-Hospital, las necesidades sociales suelen ser muchas y las de salud todavía mayores y, por este motivo “tratamos de ir a los pueblos que más lo necesitan” comentó el especialista de ALMA.

 

Los principales temas de salud

 

Entre los importantes inconvenientes de salud que encuentran los equipos de trabajo del Tren-Hospital en las localidades visitadas hay de todo. Entre ellos, a las patologías habituales de estas zonas (noroeste argentino), se suman la falta de agua y la mala calidad de la que tienen disponible, lo que provoca parasitosis (enfermedades infecciosas causadas por parásitos) y los agroquímicos, que generan lesiones en la piel de los chicos.

 

Además, uno de los problemas más importantes y prevalentes tiene que ver con la pérdida de piezas dentales definitivas en chicos de 10 a 12 años, a falta de controles odontológicos. “Es uno de los signos más importantes de pobreza, ya que, al estar sin posibilidades de cuidarle la boca a los niños, pierden sus dientes”, lamentó Infantino.

 

Las patologías son variadas. Existen además, dificultades debidas a patologías crónicas que presentan los chicos o aquellas que no han sido diagnosticadas o rehabilitadas oportunamente como los chicos con lesiones cerebrales que presentan secuelas neurológicas desde siempre o desde que nacieron.

Otro capítulo aparte es del de la nutrición de los chicos. Todavía sigue presente el problema de la desnutrición en el norte argentino pero también se encuentran chicos con sobre peso debido al tipo de dieta rica en hidratos de carbono, azúcar y poca proteínas.

 

Un viaje cada 40 días

 

“Me llamó mucho la atención esto de imaginar un tren, en dimensiones de hospital, recorriendo toda la Argentina para llevar algo que uno imagina que debería existir en esos lugares y no que deba recorrer 1.700 km como en este caso para llevar la salud básica”, comentó a Docsalud.com Fito Pochat, realizador del documental “Un tren a Pampa Blanca”*, que muestra el trabajo del equipo de ALMA en dicha localidad.

 

Una vez cada 30 a 50 días, dependiendo de cómo se organice el FF.CC. Belgrano Cargas, el tren parte desde retiro para visitar distintos pueblos del noroeste (por lo menos una vez al año) en los que suele parar cinco días por localidad para posibilitar a las comunidades el acceso a la salud.

 

Desde 1980, entre cinco y siete veces al año, el equipo de voluntarios de la fundación traslada su “hospital sobre vías” para prestar un servicio gratuito de atención primaria  y educación sanitaria a cargo de un equipo de salud rotativo, integrado por voluntarios, en pequeñas localidades del norte argentino. Ya transcurrieron 31 años desde que la Fundación Alma puso en marcha esta iniciativa con el indispensable apoyo de profesionales voluntarios: médicos clínicos y pediatras, odontólogos, técnicos radiólogos y de laboratorio, enfermeros, trabajadores sociales.

 

“La llegada del tren, a criterio mío, no logra modificar las cuestiones de salud que están enquistadas en estas localidades desde hace muchos años y esto pone en evidencia que no hay un problema coyuntural sino estructural” comentó Pochat a DocSalud.com.

 

Aunque geográficamente son accesibles (Pampa Blanda, por ejemplo,  está a 20 km de Perico que es una ciudad de 50.000 habitante), estas localidades parecen estar alejadas de la mirada de la Argentina. La llegada del equipo de voluntarios a estas comunidades “representa un momento al año donde se les da bola” sintetizó Pochat. Ellos no llevan solamente atención médica sino que, con solo estar ahí, probablemente hagan que los pobladores de estas comunidades puedan sentirse un poco menos olvidados.

 

Antes de que el tren llegue a destino, ambos colectivos humanos ya se esperan y ese momento se vive con ansia y alegría. Desde los vagones, el equipo de voluntarios se prepara con entusiasmo para una semana intensa de trabajo. Los maestros rurales, las familias y los chicos siempre los esperan desde los andenes de las estaciones y desean ser visitados más de una vez. “La respuesta de la gente indica que hay una necesidad y mientras esta exista seguiremos yendo hasta allá” indicó  el Dr. Infantino.

 

En mayo pasado, en pleno monte, al este de la provincia de Salta, el Tren-Hospital ALMA llegó con la atención a 949 chicos, en Gral. Pizarro y Coronel Mollinedo. Fue un viaje que aportó, al menos, dos novedades: el acceso de dos pueblos a la atención gratuita de la salud, y el primer contacto de los voluntarios con la comunidad wichi. Veinte chicos de esta comunidad originaria pasaron por los consultorios del Tren-Hospital.

 

“Muchos de los chicos que llegaron a la consulta debieron recorrer entre 80 y 100 kilómetros para acceder al Tren”, comentó el Dr. Infantino. “Es una comunidad de campesinos agricultores, que trabajan en los cultivos de soja y limones. Entre la población infantil encontramos problemas respiratorios, gastrointestinales y parasitosis. Además, pudimos hacer curaciones” agregó el especialista.

 

La ruta de la soja y la recuperación de las vías

 

En sus tres décadas de trabajo, el tren hospital también fue testigo de varios cambios de escenario político y económico en la Argentina. Debido al deterioro del tendido de vías y al estado de las locomotoras, debió afrontar situaciones varias como el descarrilamiento de los vagones en el medio del camino que impedían a los equipos de profesionales voluntarios llegar a destino para cumplir con su tarea.

 

“Hoy en día, observamos con beneplácito que podemos llegar en tiempo y forma porque están arregladas las vías” relató Infantino al referirse al tendido de vías del Belgrano Cargas que “facilita la salida de la soja al país que también nos beneficia a nosotros”.

 

(*)El documental “Un Tren a Pampa Blanca” estuvo presente en festivales de varios países del mundo, haciéndose acreedor de varios premios y menciones entre los que se suscribe el premio a la “Mejor Opera Prima” del festival de cine documental de Santiago de Cuba.

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