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Actuar con rapidez, clave contra el ACV

Expertos coinciden en que las primeras horas son vitales para tratar el accidente cerebrovascular (ACV), un cuadro que alcanza a entre 40 mil y 80 mil argentinos por año. Con motivo del día mundial de la prevención de este síndrome, que se conmemora cada 29 de octubre, enfatizan en que un reconocimiento temprano de los síntomas y su pronta atención en un centro adecuado son fundamentales para disminuir la mortalidad y evitar secuelas.

Entre las principales manifestaciones de este cuadro, que es la primera causa de invalidez tanto en adultos como en ancianos según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación están la pérdida de fuerza o sensibilidad súbita de un lado del cuerpo; la dificultad para comprender, hablar o tragar; el dolor de cabeza intenso y repentino; visión borrosa o dificultad para ver con un solo ojo o ambos a la vez; problemas de coordinación, además de pérdida del equilibrio y vértigo.

Si bien son muchos los que están familiarizados con alguno de síntomas, como la cefalea, “los pacientes siguen llegando tarde”, indicó a DocSalud.com el doctor Pedro Lylyk, Presidente de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral.

“Durante el transcurso de un ACV se pueden perder casi cuatro años de vida en términos de memoria, pero esta merma va a ser menor cuanto antes se trate al enfermo”, indicó el especialista a la par que agregó que durante estos eventos “se pierden dos millones de neuronas por minuto”.

El médico explicó que existe una ventana terapéutica para revertir este proceso: “Antes se hablaba que ese período era de seis horas, porque nos guiábamos por el tiempo en el que el paciente había tenido el evento sin tratarse. En la actualidad, con la popularización de la resonancia magnética y la mejora en los tomógrafos, ya no se mira la hora sino lo que pasa en el cerebro para poder actuar”, indicó.

Lylyk especificó que de las personas que sufren un stroke, “un tercio se recupera por completo, otro tercio sufre secuelas y el último no se recupera”, por lo que opina que se debe tratar al paciente lo más rápido posible con el fin de evitar secuelas, o pensar en una rehabilitación.

Una solución innovadora para que el paciente llegue más rápido al tratamiento y que Lylyk presentó en la Semana del Intervencionismo Mínimamente Invasivo (SIMI 2014), encuentro científico realizado a fines del año pasado, son las Unidades Móviles de Rescate Cerebral, ambulancias equipadas con tecnología apta para el diagnóstico y tratamiento, que son populares en Alemania. En la actualidad, sólo hay una de ellas en Latinoamérica y está en la Clínica Sagrada Familia, del barrio porteño de Belgrano.

Tipos de ACV,  factores de riesgo y fases de tratamiento

Existen dos tipos de ACV. En primer lugar está el isquémico, que es también el más frecuente, y se produce cuando se obstruye una arteria o vena cerebral debido a un coágulo e interrumpe la irrigación de sangre. Otro es el hemorrágico, que  se presenta cuando una arteria o vena del cerebro se rompe y comienza a sangrar produciendo daño en las estructuras adyacentes del cerebro.

El doctor Lucio Serra, especialista en neurología, detalló los principales factores de riesgo para sufrirlo: la presión arterial alta, el uso de anticonceptivos, la diabetes, el colesterol alto, la mala circulación y un estilo de vida poco saludable por  consumo de drogas, alcohol, tabaquismo y sedentarismo y hasta incluso el estrés.

Serra, director médico de ALPI, indicó que el estrés está sujeto “a una investigación importante debido a que produce transformaciones y movimientos a nivel de genes que traen aparejadas diferentes patologías, provocando no solamente problemas cardiovasculares, sino también otro tipo de enfermedades, por lo que se recomienda hacer actividad física para prevenir en estos casos la posibilidad de un ACV.”

Para tratar los ACV de tipo isquémico se deben administrar drogas trombolíticas que diluyen el coágulo siempre y cuando sean administradas dentro de las primeras cuatro horas y media de haber sufrido el evento. Asimismo los hemorrágicos pueden ser abordados con diversas medidas cuyos resultados serán mejores cuanto antes se inicie el tratamiento.

Finalizada esta etapa “hay que seguir el tratamiento kinesiológico, asociado a otros cuidados que ayudan a evitar las infecciones, escaras, trastornos respiratorios, infecciones urinarias”, indicó y especificó que de acuerdo con las necesidades del paciente, “se trabaja con terapia física, fonoaudiología, terapia ocupacional, apoyo psicológico y si es necesario, se provee equipo de ortesis, silla especial y férulas”, indicó Serra.

Por su parte, el doctor Raúl Muda, presidente de la organización sin fines de lucro CEMARID (Cámara de Entidades Médico Asistenciales para la Rehabilitación Interdisciplinaria de la Discapacidad), indicó que “si bien en un primer período agudo el paciente debe ser internado en un hospital, una vez que la persona se ha estabilizado, se puede lograr una ´externación temprana´, continuando su recuperación en el domicilio juntos a sus seres queridos con la ayuda de profesionales idóneos”. 

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