Las autoridades sanitarias de las Américas aprobaron un plan de acción que busca prevenir y controlar enfermedades no transmisibles en la región. La iniciativa busca reducir un 25% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas para 2025.
En la región, estas patologías causan tres de cada cuatro defunciones, es decir, unas 4,45 millones de personas fallecen al año por causa de alguna de ellas. Al 34% se las considera prematuras porque ocurren entre personas de 30 a 69 años. La carga de estas enfermedades es aún más inequitativa en los distintos grupos sociales: casi el 30% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares se producen en el 20% más pobre de la población de las Américas, mientras que sólo el 13% de esas muertes prematuras se observan en el 20% con más recursos.
El plan de acción, aprobado durante el 52º Consejo Directivo de la OPS, plantea cuatro líneas de acción. Las mismas estarán destinadas a generar políticas y alianzas multisectoriales, prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, disminuir la incidencia de los factores de riesgo que causan estas enfermedades y mejorar la respuesta de los sistemas de salud, así como fortalecer la vigilancia e investigación de las enfermedades no transmisibles.
Cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, respiratorias crónicas, son parte del grupo de afecciones que están relacionadas con un conjunto de factores de riesgo comunes: el tabaquismo, alimentación no saludable, inactividad física y el consumo nocivo de alcohol, entre otras.
El plan de acción plantea a los gobiernos una serie de objetivos y actividades para cumplirlos, como promover a nivel de gobierno que la prevención se incorpore en sectores fuera de la salud, como el agro, el comercio, la educación, el trabajo, las finanzas, el urbanismo, el medio ambiente y el transporte de modo tal que fortalezca los planes nacionales basados en enfoques multisectoriales. Además se busca ampliar las políticas de protección social para dar cobertura universal de servicios de salud y un acceso más equitativo a los servicios básicos para la atención de enfermedades no transmisibles.
Otras estrategias apuntan a reducir el consumo de tabaco y la exposición pasiva al humo que se espera que tenga una disminución relativa del 30% para 2025 y a promover políticas que reduzcan el impacto en los niños de la promoción de alimentos no saludables y bebidas azucaradas y que también apunten a reducir el consumo de sodio en la ingesta diaria.
En el marco de este plan, los países miembros se comprometieron a darle prioridad a estas enfermedades en sus agendas de salud y desarrollo, y a poner en práctica las políticas y programas necesarios para implementar este plan de acción. También promoverán la coordinación con otros ministerios e instituciones y apoyarán la investigación, entre otras medidas.
Por su parte, la OPS se compromete a dar cooperación técnica los países y a generar capacidad en los países para que adopten las metas e indicadores voluntarios de seguimiento. Asimismo, apoyará que la región trabaje en el Mecanismo Global de Coordinación de la OMS que busca facilitar la interrelación entre los países, y otros organismos de Naciones Unidas, instituciones científicas y técnicas, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y otros para promover la acción multisectorial y la alianzas, en tanto protege de conflictos de intereses real, aparentes o potenciales.
Este plan de acción da instrumentos concretos para llevar adelante la estrategia contra las enfermedades no transmisibles aprobada en la 28va. Conferencia Sanitaria Panamericana. También contempla las prioridades de los países de la región y está alineado con el plan de acción mundial de la OMS.