La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires advirtió que «la violencia obstétrica es una de las modalidades más invisibilizadas de violencia y atenta contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y su entorno familiar», al manifestar su adhesión a la «Semana mundial por un parto respetado».
«Este tipo de violencia se define esencialmente como aquella que ejerce el personal de la salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales tal como lo define la ley nacional de protección, prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, sancionada en 2009», destacó el organismo.
«Esta forma de violencia, que sucede en hospitales y clínicas tanto en el ámbito público como privado, se manifiesta principalmente en situaciones de post aborto y en los procesos médicos involucrados en el embarazo y el parto,», añadió.
Las quejas concretas recibidas en la Defensoría a través de su Observatorio de Violencia de Género (OVG) y que configuran violencia obstétrica son «falta de anestesia en determinadas prácticas, el ocultamiento de información a la paciente que le permita decidir sobre su cuerpo y su salud, la vulneración de su intimidad y la no consideración de las pautas culturales».
Asimismo, el organismo manifestó la necesidad de considerar las situaciones de violencia obstétrica que sufren las mujeres encarceladas en unidades penitenciarias de la provincia, como el caso de la presa que dio a luz esposada en el Hospital Interzonal General San Martín de La Plata que trascendió esta semana.
«Las mujeres embarazadas y en situaciones de parto sufren una especial vulneración de sus derechos», amplió el Observatorio y detalló que en esa situación son «obligadas a permanecer con grilletes o esposas en los pies» en los hospitales públicos.
El OVG concluyó que también configura violencia obstétrica el impedimento de las mujeres encarceladas de mantener contacto con sus hijos recién nacidos, mientras ellas son trasladas a las unidades penales y sus bebés recién nacidos permanecen en los hospitales.