La desnutrición grave en la infancia puede aumentar el riesgo de presión arterial alta en la edad adulta, con un posible impacto significativo en la salud global, según un nuevo estudio que se publica en Hypertension: Journal of the American Heart Association.
Los autores señalan que una alimentaciòn inadecuada antes del nacimiento y hasta los 5 años, insuficiente desde el punto de vista nutricional, puede dañar el desarrollo del corazón.
«Si las necesidades nutricionales no se cumplen durante este tiempo, cuando las estructuras del cuerpo son altamente susceptibles a cambios potencialmente irreversibles, podría tener consecuencias a largo plazo sobre la anatomía del corazón y el flujo sanguíneo en el futuro», explica el autor principal del estudio, Terrence Forrester, de la Universidad de las Indias Occidentales, en Kingston, Jamaica, citado por Europa Press.
«Estamos preocupados porque millones de personas en el mundo que sufren desnutrición antes o después del nacimiento corren un mayor riesgo de hipertensión en la edad adulta», afirma Forrester.
Los investigadores compararon a 116 adultos que sufrieron desnutrición durante su crecimiento en Jamaica con 45 hombres y mujeres que fueron alimentados adecuadamente cuando eran niños.
Se midieron los niveles de altura, peso y presión arterial de los participantes, la mayoría de entre 20 y 30 años, y se les realizó un ecocardiograma o estudios por imágenes para evaluar la función del corazón. En comparación con los que no estaban desnutridos, los adultos que sobrevivieron a la desnutrición en la primera infancia tenían la presión arterial diastólica más alta, una resistencia periférica superior (una medida de la resistencia al flujo sanguíneo en los vasos más pequeños) y un bombeo menos eficiente del corazón.
Todos estos factores apuntan a un aumento del riesgo de sufrir hipertensión, un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
Aunque la desnutrición severa es más generalizada en los países en desarrollo, la pobreza y el hambre permanecen en Estados Unidos, de forma que, de acuerdo al Departamento de Agricultura de ese país, 8,3 millones de niños vivían en hogares con inseguridad alimentaria en 2012.
La inseguridad alimentaria significa que, a veces durante el año, estos hogares no tenían o no podían adquirir los alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de todos sus miembros.
“ Abordar la desnutrición integral podría ayudar a prevenir y controlar la presión arterial alta”, sostiene Forrester.
«La inversión en la nutrición y la salud en general trae enormes beneficios de salud pública, incluso para los riesgos a largo plazo de enfermedades crónicas del corazón y patologías metabólicas, que afectan mucho a las vidas humanas», concluyó el especialista.