Fuentes: ELMUNDO.es y Archives of General Psychiatry
El humo de cigarrillo eleva el riesgo de estrés psicológico y de enfermedades mentales en adultos sanos, según una investigación realizada por científicos del Reino Unido. La relación entre la sustancia emanada por el tabaco y ciertas patologías mentales ya había sido registrada e en estudios previos tanto en ratones como en humanos: por ejemplo, eleva el riesgo de hiperactividad en menores y en los animales, se constató que induce un estado anímico negativo.
Lo novedoso del trabajo, publicado en Archives of General Psychiatry y llevado a cabo por Mark Hamer, de la Universidad de Londres y su equipo, es que se relacionó de forma objetiva la exposición al humo ambiental en no fumadores con el riesgo de patología mental. Para tal fin, se utilizó un análisis de saliva que estableció los niveles de cotinina (metabolito de la nicotina).
«Este es el primer estudio que demuestra de forma prospectiva y objetiva una relación entre el humo ambiental y la salud mental en una muestra representativa de la población general», comentó el equipo de Hammer.
Para la investigación se convocó a 5.560 adultos no fumadores y 2.595 fumadores sin historial previo de patología psiquiátrica. Para corroborar la sanidad de los participantes, los autores acudieron al Cuestionario de Salud General, que permite establecer el estrés psicológico, además de medir los síntomas de depresión y ansiedad y los problemas con el sueño, entre otras cuestiones.
Los datos revelaron que el 14% de la muestra tenía estrés psicológico. Los no fumadores o ex fumadores con niveles elevados de cotinina en saliva eran más jóvenes, tenían un peor estatus social, más índice de masa corporal, presencia de enfermedades crónicas, poca actividad física y mayor consumo de alcohol que los otros. Pero, además, el riesgo de estrés psicológico fue más elevado en los participantes más expuestos al humo del cigarrillo.
Durante los seis años de seguimiento del estudio, también se registró que 41 sus voluntarios fueron admitidos en un hospital psiquiátrico. Los adictos al tabaco y los no fumadores muy expuestos al humo presentaron más posibilidades a ser ingresados “por culpa de una depresión, esquizofrenia, delirio u otros trastornos mentales», señaló el ensayo.