Un equipo internacional de investigadores estimó que el paludismo, que infecta a unas 250 millones de personas al año, se originó en una transmisión de parásitos del gorila al hombre.
En el trabajo, publicado en la revista Nature, se explica que el parásito que provoca el paludismo fue descubierto en 1880 por un médico militar francés, Alphonse Laveran, y su vector, el mosquito anofeles, por el británico Ronald Ross hacia fines del siglo XIX. No obstante, los científicos tienen más de una teoría sobre el origen de la enfermedad.
La investigación estudia el parásito «Plasmodium Falciparum», «el más común, el más virulento y el que más muertes provoca» de los cinco que se conocen en el hombre, afirma Eric Delaporte, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Marsella (sureste de Francia), coautor del estudio.
«Antes pensábamos que sólo el hombre era portador» de este tipo de parásitos. «Sólo hacia 2009 nos dimos cuenta de que ciertas especies de monos, como chimpancés, gorilas o bonobos, eran portadores de tipos de parásitos similares a los de los humanos», añade.
Dado que los trabajos anteriores se basaban en el estudio de un número limitado de monos, los científicos examinaron, bajo la dirección de Beatrice Hahn, de la universidad de Alabama en Birmingham (Estados Unidos), unas 3.000 muestras de materias fecales recogidas en 57 lugares diferentes de Africa Central.
Estos estudios, iniciados hace unos diez años, cuando se empezó a buscar el origen del virus del sida, mostraron que este parásito no infecta a bonobos y gorilas del este. En cambio, sí se lo encuentra en los gorilas del oeste (en países como Camerún o Gabón) y los chimpancés.
Por otra parte, una «técnica original» de secuenciación de ADN permitió descubrir que «varios tipos diferentes de Falciparum infectaban a los gorilas y que uno de ellos era el antepasado del tipo de Falciparum que se encuentra en el hombre», puntualizó Delaporte.
Por consiguiente, «los gorilas contagiaron a los hombres y no los hombres a los gorilas», estimó.
En trabajos futuros, los investigadores intentarán saber cuándo tuvo lugar la transmisión y si la presencia de Falciparum en los monos presenta riesgos. En efecto, los simios portadores podrían contagiar a seres humanos, en momentos en que la deforestación favorece el contacto entre ambos.
Según Martine Peeters, del IRD, los estudios realizados hasta ahora tienden a mostrar que la transmisión tuvo lugar una sola vez. Sin embargo, investigaciones venideras «pueden revelar que hubo otras» transmisiones.
Los investigadores también procurarán conocer los factores de adaptación del parásito que llevan a que provoque paludismo en el hombre.
Estos estudios podrían contribuir a confeccionar una vacuna contra esta enfermedad, que causa la muerte de alrededor de un millón de personas al año, en su mayoría niños pequeños.