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Afirman que la obesidad infantil hará que la esperanza de vida disminuya

Preocupa que los niños sean más obesos que sus padres

La obesidad infantil que sufre la sociedad actual hará que la esperanza de vida disminuya por primera vez en la edad contemporánea, según explicó el doctor Albert Feliu, miembro del grupo de trabajo sobre la obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica.

Feliu, quien participa en un Congreso de Cirugía de la Obesidad en su país, aseguró que el exceso de peso en los chicos «no deja de ser el fondo de un iceberg que va a eclosionar dentro de unos años» y que provocará que se reduzcan las medias en las expectativas de vida, actualmente fijadas sobre los 84 años para las mujeres y los 76 los hombres.

 
En su opinión ahora se puede ver lo que pasará en el futuro, ya que «los niños son más obesos que sus propios padres y esto a la larga creará un problema muy serio».

El experto sostuvo que las causas del exceso de peso en este grupo son «multifactoriales» y, en ese sentido, apuntó a la disminución del ejercicio físico -motivado por otras actividades lúdicas- y, también, al cambio de costumbres alimentarias, con incorporaciones de otros países a la dieta del Mediterráneo.


«Más que sustituir, los nuevos hábitos se han ido incorporando a nuestra dieta y se ha aumentado, en gran medida, la cantidad calórica que ingieren los niños», subrayó para luego indicar que las soluciones para estos problemas son “difíciles”.

 
«Los pediatras estamos fracasando», reconoció  Y si bien, dijo que sus colegas no son los únicos responsable, son los que “ven el problema y deben llamar más la atención a la ciudadanía tanto de lo que sucede ahora como de lo que ocurrirá en el futuro».

 
En esa línea, señaló que desde la especialidad médica se debe hacer «un esfuerzo» para cambiar los hábitos alimentarios desde la primera infancia.

Así, cuando un pediatra liberaliza la dieta de un niño, aproximadamente al año de vida, llega un momento en el cual se suele decir que «ya puede comer lo que quiera».

 
Esa frase es «mal interpretada» y los pediatras, según especificó Feliú, tampoco “han sido capaces de dar el mensaje correcto», porque comer lo que quiera no significa comer de todo y en grandes cantidades.

Para el médico, a partir del primer año de vida, e incluso antes, se tendría que hacer una labor formativa con los padres para intentar que las dietas sean lo más equilibradas y menos calóricas posibles, que incorporen frutas, verduras, en cantidades justas, y que eviten los excesos de grasas.

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