La Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/Sida presentó un estudio diagnóstico sobre la situación laboral de las personas viviendo con VIH de la provincia en la sede de la Ciudad de Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Uno de los principales resultados expuestos por Andrea Mariño, socióloga y coordinadora del relevamiento, indica que sólo 1 de cada 10 personas accede a un empleo formal y el resto vive una alta precarización laboral por recibir ingresos de empleos no registrados, pensiones o jubilaciones que no les permiten cubrir la canasta básica total de 1186 pesos (INDEC).
La principal herramienta de la investigación fue una encuesta que se aplicó a 158 personas mayores de 18 años con el virus que residen en la Provincia de Buenos Aires. De ese total, 88 son varones (55,7%), 66 mujeres (41,8%) y 4 (2,5%) son transgéneros. Cabe aclarar que el relevamiento estuvo orientado a los sectores medios-bajos y bajos que son los principales destinatarios de las actividades de la Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/SIDA (RBPVVS)
“Al tener un mayor y mejor acceso a los medicamentos las personas que viven con VIH concentran sus preocupaciones en otros temas como es el caso del trabajo que en este momento está siendo prioritario porque les permite acceder a otros derechos como una vivienda digna, alimentación, atención de su salud, entre otros. De hecho la necesidad de hacer este estudio surgió de los compañeros y compañeras que participaron del VII Encuentro de la Red Bonaerense de Personas viviendo con VIH en 2010”, explicó Marcela Alsina representante de la RBPPVS.
Según el estudio, que contó con el apoyo de ONUSIDA y OPS, el 35,4% (56 personas) deben sus principales ingresos a empleo no registrado; 35,4% a jubilación o pensión; sólo 14% de los encuestadas trabaja en condiciones legales; 5% realizan changas y 3,8% cuentan con un subsidio de desempleo como su principal fuente de ingreso; el resto (6,4%) se divide en otras fuentes de ingreso (becas, vale de alimentos y ayuda de la familia).
Otro dato para destacar es que el aprendizaje de oficios ocupa un lugar muy importante en la formación laboral de las personas con VIH, ya que el 69,7% dijo haber incorporado alguno a lo largo de su vida.
La investigación se centró también en los procesos de autodiscriminación y por ese motivo se indagó sobre la búsqueda laboral luego del diagnóstico de infección por VIH -que en promedio es a los 19 años-. Del total de las persona encuestadas, el 36,7% dejó de buscar empleo por un período de tiempo luego de conocer su condición.
Por último, el 62% de los relevados considera que de conocer su empleador el diagnóstico perdería su empleo, mientras que el 57% considera que sufriría situaciones de discriminación de conocer su situación sus compañeros de trabajo.
“Este dato me parece muy importante –destacó Eric Carson experto regional de OIT en VIH/SIDA- porque estas percepciones viven y se reproducen en nuestra sociedad. Nosotros hicimos un estudio en Paraguay sobre camioneros que no viven con VIH pero también señalaron que suponen que serían despedidos si sus empleadores supieran que están infectados. Esto demuestra que hay una coincidencia entre diferentes estudios y es una muy buena aproximación al tema”.
Por otra parte, Alsina señaló que “es necesario avanzar en la creación de una política de empleo para las personas que viven con VIH/Sida, sobre todo en la provincia de Buenos Aires ,donde se concentra el 50% de la epidemia y se vive en situación de pobreza extrema”.
En el evento de presentación también estuvieron presentes representantes de ONUSIDA; UNFPA, OIT Argentina, PNUD, y de las organizaciones Huésped e ICW que se comprometieron a aunar esfuerzos para buscar soluciones a la situación presentada en el estudio.