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Alertan que menos de la mitad de madres de EEUU amamanta lo suficiente

Menos de la mitad de las madres estadounidenses amamanta a su recién nacido por lo menos la mitad del tiempo recomendado y sólo el 22% aún nutre a su hijo con leche materna al año de vida, informaron el lunes investigadores del Gobierno.

Los expertos hallaron que aunque el 75% de los recién nacidos amamantan apenas después de nacer, las madres abandonan rápidamente la práctica, aún cuando las guías instan a dar el pecho a los niños al menos durante el primer año de vida.

Los niños amamantados son menos propensos a tener obesidad al crecer y varios estudios muestran que la lactancia implica una serie de beneficios para la salud. Combatir la obesidad infantil es uno de los objetivos principales del Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama.

El equipo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) reveló que el 43% de las madres estadounidenses aún amamantaba a los seis meses y que sólo lo hacía el 22% al año de vida de los niños.

Casi el 90% de los recién nacidos de Utah toma pecho, comparado con el 52,5% de los niños de Misisipi, indicó el equipo de los CDC

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«Necesitamos dirigir aún más esfuerzos para asegurar que las madres reciban el respaldo que necesitan en hospitales, lugares de trabajo y comunidades para continuar la lactancia más allá de los primeros días de vida, para que puedan hacerlo hasta los seis y 12 meses», dijo el doctor William Dietz, director de la División de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de los CDC.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los recién nacidos reciban sólo leche materna los primeros seis meses de vida y que las mujeres continúen con la lactancia mientras el niño comienza a incorporar otros alimentos hasta por lo menos cumplir un año, y más si lo desean.

La lactancia materna disminuye el riesgo de una mujer a desarrollar cáncer de mama y de ovario y la Academia estima que si más mujeres dieran el pecho a sus bebés, los costos de salud de Estados Unidos podrían reducirse en 3.600 millones de dólares.

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