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Alertan sobre una epidemia de cáncer en América Latina

El cáncer es una enfermedad en alza en América Latina y el Caribe, donde en 2030 se diagnosticarán 1,7 millones de casos y habrá más de un millón de muertes anuales por esta causa, señala un informe en la revista The Lancet Oncology, que advierte de «un gran sufrimiento y serias consecuencias económicas» si no se adoptan medidas.

El informe, realizado por una comisión de expertos en su mayoría latinoamericanos dirigidos por el profesor estadounidense Paul Goss, de la Universidad de Harvard, fue presentado en la conferencia American Cooperative Oncology Group (LACOG) en la ciudad brasileña de Sao Paulo.

Aunque en la actualidad la incidencia global del cáncer en América Latina es de 163 casos por cada 100.000 habitantes, mucho menor que en EEUU (300 por 100.000) y Europa (264 por 100.000), el número de muertes (13 por cada 22 casos) casi dobla al de EEUU (13 por cada 37).

Según cifras del IARC, citadas por el Instituto Nacional del Cáncer (INC), en 2008 se registraron en el país 104.859 casos de cáncer, lo que representa 206 casos por cada 100 mil habitantes. Sin embargo con el lanzamiento del Instituto Nacional del Cáncer se amplió el presupuesto para la investigación sobre la enfermedad y la elaboración de estadísiticas.

En parte, esto se explica por un diagnóstico del cáncer más tardío, en etapas ya avanzadas, y por un menor acceso a los servicios de salud, señala el informe, que recuerda que más de la mitad (320 millones) de los 590 millones de habitantes de la región no tiene cobertura médica.

«Los países de América Latina han centrado su inversión en salud en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, mientras que el gasto en enfermedades no transmisibles, como el cáncer, no ha seguido el mismo ritmo», afirma Goss.

Según el experto, «si no se actúa rápidamente, las consecuencias humanas y económicas serán graves”. “Este creciente problema del cáncer amenaza con provocar un gran sufrimiento y riesgo económico en los países de América Latina», agregó.

En la actualidad, la enfermedad origina en el continente unos costos anuales totales de 4.000 millones de dólares, lo que incluye tratamientos, medicinas y la pérdida de vidas prematuramente truncadas, señala el estudio.

Las economías de la región están creciendo con rapidez, con el consiguiente aumento de los estilos de vida sedentarios, hábitos alimentarios no saludables, el consumo de tabaco y alcohol, los contaminantes ambientales cancerígenos, la exposición a la radiación solar, la urbanización y el envejecimiento de la población, todos ellos factores de riesgo del cáncer, añade.

El cáncer es una enfermedad de las personas que envejecen y los investigadores estiman que para 2020, más de 100 millones de personas en América Latina tendrán más de 60 años de edad.

Aunque no hay datos públicos disponibles sobre la inversión actual para combatir el cáncer en Latinoamérica, hay una variación sustancial en el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la atención sanitaria, que varía entre el 5% de Bolivia, Jamaica, Perú y Venezuela, y el 10,9% de Costa Rica.

El informe, que subraya los avances en este campo en países como México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Uruguay y Venezuela, afirma sin embargo que un obstáculo clave es la falta de un plan nacional que incluya un tratamiento integral y programas de prevención.

Por otra parte, el estudio constata desigualdades en la detección, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad por las diferencias en el acceso a la atención entre la población urbana y la rural, cuyo estatus socioeconómico, nivel de educación y cobertura sanitaria es menor.

Los EEUU gastan en cada paciente con cáncer 17 veces más que el gasto más alto de cualquier país de Latinoamérica, donde el gasto promedio en salud per cápita es de 7,92 dólares, en comparación con 183 dólares en el Reino Unido, 244 en Japón y 460 en EEUU.

Otro problema en América Latina es el número insuficiente de especialistas en oncología que reciben capacitación en la región, a lo que se une la «fuga de cerebros» en busca de oportunidades en el extranjero.

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