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Alzheimer: ¿quiénes tienen mayor riesgo de padecerlo?

La Enfermedad de Alzheimer (EA) principalmente afecta a adultos mayores y es la demencia más frecuente en este grupo. La edad continúa siendo el mayor factor de riesgo: la prevalencia se duplica a partir de los 65 años y aumenta cada 5.

 

Existen numerosos estudios de incidencia, sin embargo, se observaron leves diferencias en los resultados, ya que se han utilizado diferentes metodologías. Luego de un análisis de estos estudios se sugiere que en el grupo de 65-69 años, la tasa de prevalencia sería de 1,4%, en de 70-74 sería de 2,8%, en el de 75-79 sería de 5,6%, en el de 80-84% de 11,1% y en el de mayores de 85 años sería del 23,6%.

 

La demencia afecta una de cada veinte personas mayores de 65 años y una de cada cinco personas mayores de 80. Aunque la incidencia de la EA no ha variado desde la descripción hecha por Alois Alzheimer en 1907, los médicos ven actualmente esta enfermedad con más frecuencia debido a que, con el aumento de la esperanza de vida, aumenta la población de adultos mayores en riesgo de desarrollar el mal.

 

Si bien usualmente se presenta en pacientes mayores de 65 años, puede aparecer en edades más tempranas, como en el caso de la primera paciente diagnosticada con esta enfermedad por el Dr. Alzheimer, que tenía 51 años.

 

Entre otros factores de riesgo para la EA se encuentran: la historia familiar de la enfermedad, más aquellos en línea directa, padre o madre; haber sufrido traumatismo de cráneo (uno o múltiples, como aquellas personas que realizan deportes que se predisponen a estos golpes) o enfermedades cardiovasculares y/o diabetes. Además, existen algunos desordenes genéticos que aumentan el riesgo de desarrollar la demencia.

 

¿Qué se hace después del diagnóstico?

 

“Hoy tenemos opciones farmacológicas que lentifican la evolución natural de la enfermedad y nos ayudan a controlar algunos de los síntomas que se asocian a la misma” asegura a DocSalud.com el Dr. Daniel Martínez, Coordinador de la Clínica de Demencias de INECO. Por otro lado, afirma que la estimulación cognitiva es una parte fundamental del tratamiento, ya que todo lo que estimule al cerebro es fundamental para los pacientes que han sido diagnosticados.

 

Además, mantener una vida saludable es tan importante como lo anterior. Una dieta sana, actividad física regular y actividades sociales son la otra cuota necesaria para estimular al cerebro. Según afirma el especialista de INECO, existen varios estudios, muy importantes a nivel poblacional, que han demostrado que la actividad física regular de tipo aeróbica, una alimentación sana (como la dieta mediterránea), disminuir y/o controlar los factores cardiovasculares (como la presión arterial, el nivel de colesterol y la glucemia) pueden disminuir el riesgo de padecer la enfermedad.

 

Desde el punto de vista farmacológico hoy se apunta a mejorar el nivel de neurotransmisores a nivel cerebral. Estos son sustancias que están involucradas en la sinapsis neuronal y que se sabe que se alteran con la enfermedad.

 

Actualmente existen varias ramas de investigación: algunas apuntan a tratar de disminuir la cantidad de las proteínas que se deposita anormalmente en el cerebro y que sería una de las hipótesis del origen de la enfermedad. Estas proteínas son la beta amiloide y la proteína tau. Respecto a esta dirección de los estudios, el Dr. Martínez comenta que “existen varios intentos, desde  vacunas para evitar que se formen a medicamentos que puedan disolver a estas proteínas” y añade que,por otro lado se están investigando sustancias que ayudarían al crecimiento y desarrollo de neuronas, lo cual llevaría a que existan nuevas células que reemplacen a las que funcionalmente se encuentran deterioradas.” Optimista sobre los avances de la ciencia en el tratamiento de la EA, clausura el comentario diciendo queafortunadamente existen varios estudios en cursos y muchos recursos destinados a encontrar medicamentos más efectivos contra esta enfermedad”.

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