Las personas que consumen una clase comúnmente usada de medicamentos contra la osteoporosis durante más de cinco años tendrían el doble de riesgo de desarrollar cáncer de garganta o esófago, reveló un estudio británico.
Los investigadores que realizaron el trabajo dijeron que los resultados eran preocupantes, aunque no deberían llevar a los médicos o a los pacientes a cambiar inmediatamente su práctica con los fármacos en cuestión, llamados bisfosfonatos. Estos remedios se recetan fundamentalmente a las personas mayores para ayudarlas a fortalecer los huesos debilitados.
«Debemos preocuparnos, pero este es el primer estudio amplio con seguimiento a largo plazo que halla este efecto y es sólo un estudio observacional», dijo Jane Green, de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Oxford University, cuya investigación fue publicada en British Medical Journal. «Además, como el cáncer de esófago es poco común, aún el doble de riesgo es un riesgo bajo», añadió.
Los bisfosfonatos son una clase de medicamentos diseñados para ayudar a prevenir fracturas en los huesos y para mejorar la debilidad ósea asociada con la menopausia y la osteoporosis.
Green y colegas analizaron datos de hombres y mujeres de 40 años o más que habían sido diagnosticados con cáncer de esófago, estómago o colorrectal entre 1995 y el 2005.
El equipo halló que las personas con 10 o más prescripciones de bisfosfonatos, o con recetas durante más de cinco años, tenían casi el doble de riesgo de cáncer esofágico, comparado con las personas a las que no se les habían indicado esos fármacos.
En los individuos que tenían una o más recetas previas de bisfosfonatos orales, el riesgo de desarrollar cáncer de esófago era un 30% mayor que en aquellos que nunca habían consumido esos medicamentos. Sin embargo, los expertos no hallaron relación entre las prescripciones de estos remedios y el cáncer de estómago o vejiga.
En un comentario sobre el estudio, Diane Wysowski, de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) dijo: «La posibilidad de efectos adversos sobre el esófago debería impulsar a los médicos que recetan estos fármacos a sopesar los riesgos y beneficios».
Wysowski sugirió que los doctores pidan a los pacientes que informen si tienen dificultades para tragar o molestias en la garganta, el pecho o digestivas, para poder ser evaluados rápidamente y aconsejados sobre si deben discontinuar el uso del medicamento.