El primer estudio en cuatro décadas de un nuevo fármaco para tratar el mal de Chagas avanza en Bolivia desde hace dos años. El proyecto es impulsado por un equipo científico internacional que busca un mejor tratamiento para la «enfermedad de los pobres». Se trata del E1224, un medicamento con mucho potencial para tratar la enfermedad en menor tiempo y con menos efectos secundarios respecto de los dos únicos fármacos existentes actualmente, explicaron la brasileña Isabela Ribeiro y el español Joaquim Gascón, integrantes del equipo que conduce las pruebas.
Ambos expertos participaron entre el lunes y viernes pasados en la «Semana del Chagas» en la ciudad central de Cochabamba, donde se abordaron los avances en la investigación y tratamiento de este mal. Ribeiro dirige el Programa Clínico de Chagas de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por su sigla en inglés) y Gascón es director de Enfermedades Tropicales Desatendidas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Ambas entidades se asociaron a la Plataforma del Chagas de Bolivia para el estudio.
La enfermedad, endémica de América Latina, es provocada por el parásito Trypanosoma cruzi que es transmitido al organismo por la picadura de la «vinchuca», un insecto presente en casas, granjas, establos y otros locales de labranza, en zonas empobrecidas. El mal también se transmite de forma congénita y mediante transfusiones de sangre o trasplante de órganos, por lo que a través de las migraciones ha llegado a otros países donde no existe la «vinchuca», como España, donde se calcula que hay unos 70.000 casos.
A nivel mundial hay entre ocho y 12 millones de personas infectadas con el mal, pero menos del 1 % recibe tratamiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido el mal de Chagas dentro de un listado de 17 enfermedades tropicales consideradas «olvidadas», porque desde la década de los sesenta que no se desarrollaban nuevos fármacos para tratarla.
Actualmente, esta patología se trata con dos medicamentos: el nifurtimox y el benznidazol, que datan de mediados del siglo pasado y tienen «una eficacia moderada», además de causar «efectos adversos» en algunos pacientes, indicó Gascón. Por lo general, pueden provocar erupciones cutáneas, pero según los especialistas, los pacientes también se resisten a usar estos fármacos por lo prolongado que les resulta el tratamiento, consistente en dos dosis diarias durante 60 días.
El DNDi impulsó en los últimos años el desarrollo de la primera fórmula pediátrica del benznidazol y también apunta a evaluar nuevos esquemas terapéuticos para reducir el tiempo de tratamiento con ese medicamento, según Ribeiro. Pero además, la entidad decidió buscar estudios previos sobre nuevos compuestos para tratar la enfermedad, con el objetivo de dar nuevas opciones a los pacientes.
Hace tres años encontraron el E1224 en la biblioteca del laboratorio japonés Eisai, que ya había sido probado en animales, mostrando una mejor tolerancia hacia este fármaco y con posibilidades de acortar los actuales tiempos de tratamiento. Tras negociar con la firma japonesa y hacer los trámites correspondientes, el DNDi decidió llevar a cabo la segunda fase del estudio: probar el fármaco con humanos.
Según Gascón, se eligió Bolivia para hacerlo porque es uno de los países con mayor número de personas afectadas y por todo el trabajo que ya venían realizando la Plataforma del Chagas y el ISGlobal en cuanto a la atención a pacientes crónicos. Así, en junio de 2012 concluyó el reclutamiento de 231 pacientes de Cochabamba y de la región sureña de Tarija.
Según detalló Ribeiro durante el tratamiento, que duró 60 días, se evaluó a los pacientes una vez por semana y, tras concluirlo, también han tenido revisiones a los dos y seis meses. En junio próximo se les hará una última revisión a un año de haber concluido el tratamiento, misma que arrojará resultados decisivos para saber si se podrá avanzar o no hacia una tercera fase para probar el fármaco también en Brasil, Argentina, México, Colombia, España y posiblemente Estados Unidos.
La fase tres tomará otros dos años y si los resultados son positivos, a partir de ahí se efectuaría el registro, producción masiva y distribución del nuevo fármaco. Mientras tanto, es importante que las personas que padecen Chagas no dejen de tratarlo con los remedios actuales, cuya eficacia ha sido demostrada a pesar de los inconvenientes señalados. «Se debe usar los medicamentos que existen porque los efectos colaterales que se desarrollan son tratables. No hay que decir que estamos desarrollando un nuevo tratamiento porque este es malo, pero sí que podemos hacerlo mejor», aclaró Ribeiro.