La directora nacional de Salud Mental y Adicciones, María Matilde Massa, sostuvo que el compromiso en materia sanitaria para el 2013 será que «haya en cada una de las provincias, por lo menos un hospital público general con un servicio de Salud Mental».
Massa realizó el anuncio al inaugurar en el Ministerio de Salud, junto al viceministro de la cartera sanitaria, Eduardo Bustos Villar, la jornada «Voces y miradas en salud mental» que se realiza el marco del Día Mundial de la Salud Mental.
Massa precisó que esos nuevos servicios de Salud Mental en los hospitales públicos deben incluir «internación y tratamiento de las adicciones».
La funcionaria defendió la ley de Salud Mental a la que «definió como una herramienta de avanzada, que hace eje en el hombre sujeto de derecho y no en la institución».
En igual sentido, Bustos Villar rescató el trabajo encarado a partir de esa norma que «hace eje en el paciente», y añadió que «se trabaja más sobre la prevención que sobre la enfermedad».
Explicó que se encara el tema de la salud mental «con una mirada amplia», y aludió a la labor desde el campo sanitario, para evitar «que se caiga en adicciones y casos de suicidios».
En otro orden, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sostuvo que la depresión es el trastorno mental más frecuente y afecta a 350 millones de personas en el mundo.
En América Latina y el Caribe la sufre el 5% de la población adulta, pero seis de cada diez no reciben tratamiento.
Jorge Rodríguez, asesor principal en Salud Mental de la OPS/OMS, explicó que la depresión «se trata de un trastorno que puede afectar a cualquier persona en algún momento de su vida, por lo que debe ser atendida y apoyada psicológica y socialmente».
«La depresión, una crisis global» es el lema elegido para este año en el Día Mundial de la Salud y aboga por reconocer a esa enfermedad y afrontarla.
Se estima que un millón de personas muere cada año en el mundo por causa del suicidio, y en las Américas esa cifra alcanza a cerca de 63.000 afectados.
Entre los trastornos mentales en América latina y el Caribe, según la OPS, la depresión es la más común (5%), seguida por los trastornos de ansiedad (3,4%), la distimia (1,7%), el trastorno obsesivo compulsivo (1,4%), trastorno de pánico y psicosis no afectivas (1% cada una), y trastorno bipolar (0,8%), entre otros.