¿Qué les sucede a los niños, en especial a los más pequeños, cuando los papás o las personas encargadas de su cuidado se atrasan reiteradamente en retirarlos del colegio o cualquier otra actividad?
Sabemos que desde que el chico nace se siente indefenso si no tiene a su mamá o sustitutos cerca, por lo que sus primeras experiencias de individuación -separación dejan huellas en su devenir como persona.
Uno de los miedos más profundos que tiene el ser humano es el abandono y la soledad, los cuales se elaboran y superan durante el desarrollo evolutivo por el amor de la familia a través de experiencias de satisfacción. Entre ellas están el amamantamiento y los juegos entre madre y bebé, como aparecer y desaparecer tras la mantita. También la adaptación paulatina a jardines maternales, de infantes y visitas a casa de familiares y amigos ayudan al niño a ganar confianza en sus progenitores y en sí mismo.
Para los chicos, la espera siempre es vivida como interminable y es aún peor cuando nadie le avisó con anterioridad sobre la demora. El “factor sorpresa » agrava la ansiedad y la angustia , estados que empeoran si estas conductas se repiten en el tiempo. De hecho, con las tardanzas reiteradas, los pequeños pueden volverse inseguros con sentimientos de abandono y hasta pueden enfermarse a modo de resguardo, así se quedan en sus casas.
Por supuesto que las demoras que repercuten no son hechos aislados que pueden sucederle a a cualquier persona, sino de la repetición de sucesos traumáticos de «llegadas tardes «de distinto tiempo y forma, en especial cuando no fueron consensuados y explicados con anterioridad.
Los colegios tienen sus reglas y rutinas. Los chicos necesitan de esta organización para concentrarse, así como también precisan sentirse tranquilos de que los van a or a buscarlos a la salida. El caos genera confusión y no ayuda al desarrollo emocional ni intelectual. De hecho, la falta de comunicación de padres a hijos produce incertidumbre y soledad
Consejos a seguir
• Mantener una buena comunicación entre los padres y la escuela, con notas y números de teléfono y brindar al establecimiento contactos de familiares que puedan retirar a los niños del lugar.
• Tener un contacto fluido entre padres para realizar pooles.
•Explicar a los hijos las modificaciones en las rutinas y avisarles con quiénes volverán a sus casas ayuda a disminuir la ansiedad.
* La Dra. Claudia Amburgo de Rabinovich (M.N.:51787) es médica psicoanalista , especialista en ñiños y adolescentes. Es miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).