Una técnica no invasiva que permite seleccionar espermatozoides sanos para procedimientos de fertilización asistida vuelve a ser ensayada con tasas de éxitos prometedoras. El método, premiado por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER) en 2009 y diseñado por investigadores del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGYR) permite separar aquellos que son saludables de los que poseen anomalías en el ADN.
El procedimiento, llamado Separación Magnética por Columnas de Anexina V, se utiliza este componente unido a microesferas de metal recubiertas que son co-incubadas con las muestras de semen. Así se forma un complejo que se lo ingresa en una columna que, al interactuar por segundos con un magneto, permite que el esperma dañado quede adherido a la columna y los sanos fluyan.
El hallazgo de los científicos argentinos, que había sido publicado en la revista Reproductive Bioemedicine Online (RBM), está siendo ensayado en el CEGyR para lograr mayor éxito en la tasa de embarazos.
“Para comprender la importancia de este descubrimiento es necesario explicar la fragmentación de ADN. Como ya se conoce, el espermatozoide aporta la mitad de la información genética al nuevo bebé, pero si el ADN del esperma está dañado, no puede cumplir ese rol, por lo que no se logra un adecuado desarrollo embrionario de un embarazo”, explicó el investigador Cristian Álvarez Sedó, Doctor en Biología que pertenece a ese centro.
Por su parte, la Dra. Susana Kopelman, Subdirectora Médica del CEGyR, indicó que los más susceptibles de poseer fragmentación en el ADN espermático son “los varones infértiles de más de 45 años con alteraciones severas en la morfología de los espermatozoides; hombres con daño testicular producido por orquitis o varicocele; aquellos expuestos a tratamientos de quimioterapia o radioterapia; los que poseen hábitos que generen estrés oxidativo, como fumar o beber en exceso o quienes trabajen en lugares con temperaturas muy altas o muy bajas, como en hornos de panaderías o frigoríficos”.
La experta recordó que “alrededor del 30% de los casos de fertilidad se debe al factor masculino” . Para detectar problemas, se indica al hombre realizarse un espermograma básico. Pero también fueron agregados “sofisticados estudios de biología celular molecular”, que permite llegar, entre otros problemas, a “un diagnóstico de TUNEL, es decir una fragmentación anormal de ADN en los espermatozoides”, agregó.
La forma de abordar este problema, según expresó la Dra. Kopelman, es “filtrar” la muestra espermática por medio de Columnas de Anexina V y seleccionar los espermatozoides normales para la fecundación del óvulo.
Cómo fueron los ensayos
Se tomaron 155 casos entre los años 2009 al 2010. El estudio comprendía el análisis de los resultados de los tratamientos de fertilidad con y sin uso de la técnica de Columnas de Anexina V, dentro del programa de ovodonación (óvulos de mujeres entre los 22 y 28 años). De esta forma, sabiendo que los óvulos empleados pertenecían a mujeres jóvenes, se redujo el impacto del factor femenino en el estudio y se evaluó únicamente el factor masculino (fragmentación del ADN).
Los resultados demostraron que parte de los pacientes que presentaban problemas del ADN espermático y que no utilizaron la Técnica de Columnas de Anexina V (por decisión propia) presentaron un 17% de abortos tempranos, alcanzando sólo una tasa embarazo evolutivo del 23%.
“El óvulo logró fecundarse, pero se produjo un aborto temprano, a diferencia de los casos en los que se empleó las Columnas de Anexina V en donde se logró un 43% de tasa de embarazo evolutivo y un 5% de abortos tempranos”, indicó la Licemciada Florencia Nodar, directora del Laboratorio del Embriología del CEGyR.
“Este avance en la clínica comprueba el valor de uso de esta técnica para mejorar las tasas de embarazo en casos donde el hombre presenta fragmentación del ADN espermático, coincidiendo con lo reportado por otros grupos de trabajo a nivel mundial”, concluyó.