Científicos hallaron tres diferencias genéticas que afectan el riesgo de una persona de tener deficiencia de vitamina D y dicen que su trabajo ayuda a explicar por qué la luz solar y una buena dieta no siempre son suficientes.
Investigadores británicos y estadounidenses estudiaron los genes de casi 34.000 europeos blancos y detectaron que las variantes de tres de ellos involucrados en la síntesis de colesterol, el metabolismo y el transporte de vitamina D pueden aumentar el riesgo de sufrir una deficiencia.
«Nuestros resultados establecen un rol para las variantes genéticas comunes en la regulación de la circulación de concentraciones de vitamina D», señaló Elina Hypponen, del Instituto de Salud Infantil de la University College London, que trabajó en el estudio. La presencia de las variantes en estos tres genes específicos duplicaron el riesgo de tener insuficiencia de la vitamina solar, agregó.
La vitamina D es fabricada por el cuerpo como consecuencia natural de la exposición de la piel al sol. Es vital para la salud porque ayuda a las células a absorber el calcio y fortalece los huesos. Algunos estudios recientes también sugirieron que también podría proteger del cáncer, la enfermedad arterial y la tuberculosis.
Un nivel normal de esta vitamina es definido como una concentración mayor a 30 nanogramos por mililitro (ng/ml). En tanto, tener 20 a 30 ng/ml es considerado insuficiente y uno menor a 20 ng/ml, deficiente.
Casi la mitad de la población mundial tiene niveles menos que óptimos de vitamina D, y los científicos dicen que el problema está empeorando debido a que las personas pasan cada vez más tiempo adentro o se cubren inmediatamente ante la exposición del sol.
Las poblaciones no blancas en climas menos soleados están en un mayor riesgo porque la piel oscura puede dificultar que el cuerpo absorba la luz ultravioleta. Hypponen dijo que no había dudas de que la exposición al sol y una buena dieta seguían siendo los factores más importantes para los niveles de vitamina D, pero el estudio ayudó a explicar por qué algunas personas que deberían obtener suficiente de estas fuentes aún parecen tener una deficiencia.
«A veces, cuando miramos las variaciones geográficas en la falta de vitamina D, no siempre siguen la lógica que esperamos, por ejemplo, en base a la luz solar», dijo en una entrevista telefónica. «Por eso, este estudio plantea la posibilidad de que se debe a influencias genéticas», agregó.
Además de la fuente de luz, la vitamina D puede estar presente en el aceite de hígado de pescado, los huevos y pescados grasosos como el salmón, el arenque y la caballa, o puede tomarse como un suplemento.