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Colección subdural crónica: si se requiere una operación, es de bajo riesgo

Una colección subdural crónica se refiere a un hematoma o colección hemática o de sangre que se localiza dentro del cráneo pero por fuera del cerebro. Se sitúa exactamente entre la superficie del cerebro y debajo de las meninges que recubren este órgano y lo protegen. Su tratamiento puede constar sólo en la observación acompañada de reposo, pero de necesitarse una intervención quirúrgica, estos procedimientos suelen ser de bajo riesgo.

Este cuadro ocurre cuando tras un traumatismo de cráneo leve las diminutas venas que corren entre una de las capas meníngeas, precisamente la duramadre, se rompen y dejan escapar la sangre, que se acumula entre la duramadre y otra de las capas, la aracnoide.  La sangre se va coleccionando por fuera del cerebro y esta acumulación lo desplaza y lo comprime, pero la sangre nunca se introduce dentro de él. Si bien su nombre puede sonar desconocido para muchos, esta condición se conoce desde hace cinco mil años e incluso los antiguos egipcios la operaban.

Si el hematoma subdural crónico es pequeño, el tratamiento consta solamente en la observación, ya que se reabsorbe solo. No se suelen recetar medicamentos para colaborar con este proceso, pero sí se sugiere quitar la toma de remedios capaces de generar trastornos en la coagulación, entre ellos las aspirinas y los anticoagulantes. 

Pero cuando los hematomas son grandes, crecen con el tiempo o no se reabsorben y comienzan a presentar síntomas neurológicos se requiere una cirugía. Estos procedimientos son habituales, porque cuando los médicos recibimos a los pacientes lo hacemos cuando ya tienen síntomas, entre ellos convulsiones, sensaciónd de hormigueo, pérdida de fuerza en brazos y piernas, confusión o dificultad para caminar o trastornos psíquicos. 

Es que la persona suele no darse cuenta cuando se golpea, pasa el tiempo antes de la consulta y acude al especialista cuando hay que actuar. Esta operación, que puede ser con la realización de pequeños orificios en el cráneo o efectuando una plaqueta (craneotomía)  para facilitar el drenaje de la sangre acumulada, son procedimientos de bajo riesgo. El tiempo de recuperación requerido tras estos procedimientos es de una semana a 10 días. 

La cefalea es la manifestación más frecuente que merece una  señal de alarma.  Las cefaleas crónicas y los dolores de cabeza “distintos” de los que suele sentir el paciente y reconocer como propios merecen una consulta con el especialista y la realización de tomografías y/o resonancias magnéticas.

Mucho se habla del estrés y de si éste puede influir negativamente en el cuadro. Si bien este estado repercute en el organismo, no lo hace de manera directa en la colección subdural crónica, ya que no colabora con que el hematoma crezca.

La evolución de la colección subdural crónica pequeña -y que no crezca y se reabsorba- es muy buena, ya que se cura completamente sin dejar ningún tipo de secuelas físicas o psicológicas. Es que se trata de colecciones venosa y pequeñas, que se dan principalmente en las personas mayores y  con bastante frecuencia.   

Distinta es la colección subdural aguda, que es más grave que la crónica, ya que suele ser generada por traumatismos más severos, se detectan en los primeros estudios, ocurren dentro de las primeras horas tras el golpe y los que son importantes tienen una mortalidad muy alta. A su vez los hematomas agudos son preferentemente arteriales.

En síntesis, el cuadro es frecuente y las intervenciones quirúrgicas, que se solicitan cuando aparecen nuevos síntomas además de las cefaleas, son de bajo riesgo.

* El Dr. Jorge Salvat (MN: 23960) se desempeña como Consultor de Neurocirugía de FLENI. 

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