Un equipo de científicos japoneses inició hoy el primer ensayo clínico del mundo con humanos usando células madre iPS, lo que abre una nueva y trascendental etapa de la medicina regenerativa.
Este primer estudio clínico empleando el hallazgo genético de las células de pluripotencia inducida, cuyo padre es el japonés Shinya Yamanaka, consolida el liderazgo de Japón en este tipo de medicina.
El histórico experimento se desarrollará en el prestigioso Instituto Riken y el hospital de la ciudad de Kobe (centro del país), después de que sus responsables recibieran la obligatoria autorización del Ministerio de Salud nipón el pasado 19 de julio.
El equipo de científicos extraerá muestras de piel de humana y a partir de ellas generará células madre iPS con capacidad de convertirse en tejido de retina, que después sería implantado en pacientes que sufren una degeneración macular asociada a la edad.
Este problema, que actualmente afecta a unas 700.000 personas en Japón, es la principal causa de ceguera en el mundo.
La prioridad de este primer ensayo, sin embargo, no es que los pacientes tratados recobren la vista, aunque esto podría pasar, sino probar que se trata de un proceso seguro en el que por ejemplo no se desarrollan tumores, el principal riesgo, según explicó hoy a Efe un portavoz del equipo.
La primera tarea que empezó a realizar el grupo de científicos liderado por la doctora Masayo Takahashi, oftalmóloga responsable del departamento de regeneración retiniana del Instituto Riken, es establecer los criterios para elegir a los seis pacientes residentes en Japón y de más de 50 años que se someterán a la prueba.
Tras ello y el proceso de generación de tejidos, que dura unos diez meses, el primer trasplante de retina en los pacientes con ceguera podría empezar a realizarse el verano que viene.
Los expertos coinciden en que si el experimento funciona se convertirá en una revolución de la medicina regenerativa y en la búsqueda de tratamientos para enfermedades hasta ahora incurables.
Las autoridades japonesas se apuraron en aprobar el proyecto, ya que la solicitud conjunta del Instituto Riken de Investigación y la Fundación para Investigación Biomédica fue presentado hace solo un año.
«Los procedimientos fueron muy rápidos. Estoy muy agradecida porque podemos hacer la prueba clínica de una forma adecuada antes que nadie en el mundo», apuntó Takahashi durante un encuentro esta semana con los medios.
Japón sabe que juega un papel muy importante en la medicina regenerativa y la experimentación con células madre, ámbito en el que ha hecho inversiones importantes como el centro de investigación de la Universidad de Kioto.
El pionero en generación de iPS es el japonés Shinya Yamanaka, galardonado en 2012 con el Premio Nobel de Medicina por el método que desarrolló para crear este tipo de células mediante la reprogramación de células ya maduras.
Este hallazgo resuelve el problema ético de trabajar con células madre de embriones que, como las iPS, también poseen la capacidad de transformarse en cualquier tipo de célula.
El día que el Gobierno dio el visto bueno a este primer ensayo, Yamanaka celebró la decisión y dijo que se trataba de un importante punto de partida para la aplicación de estas células capaces de generar tejidos.
Los avances continúan en Japón, donde un equipo de científicos de la Universidad de Yokohama desarrolló un hígado funcional para seres humanos a partir de células madre iPS.
Esta investigación, realizada con ratones, podría suponer un gran avance en la medicina regenerativa, una vez probada clínicamente, al solucionar la escasez de donantes para curar enfermedades por insuficiencia de los órganos en fase terminal.