Se acerca la última etapa del año y con ella las tradicionales fiestas. Estos tiempos significan para todos una época de balances, recuerdos, y generación de nuevos proyectos. Sin embargo, más allá de todo lo bueno, existe un aumento significativo de la tasa de eventos cardiovasculares que pueden causar un imborrable mal recuerdo. Afortunadamente, cuidarse para que esto no ocurra es posible y de esta manera poder disfrutar de un agradable fin de año.
¿Cuál es el motivo de este incremento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares en esta época del año?
En un principio la movilización de emociones, ya sea de manera positiva o negativa, lo que conlleva un importante estrés para el organismo.
Pero también influye el exceso de alimentación clásico de fin de año, ya que las reuniones familiares, laborales y de amigos presentan como denominador común la presencia de abundantes platos y grandes postres. Esto, acompañado por una liberación de esas sanas “restricciones” que uno tiene durante el resto del año generan una mala combinación para el cuerpo. Las comidas navideñas pueden alcanzar las 8000 a 9000 calorías. La presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y la frecuencia cardíaca aumentan asociadas a estos “gustos”, lo que genera un importante aumento del trabajo para nuestro sistema cardiovascular.
También influye el olvido de la toma de medicamentos, lo que está demostrado por distintas encuestas: los pacientes cumplen en menor medida con los horarios y las tomas de sus remedios habituales.
Por otra parte, influye la demora en la consulta médica, ya que en estos tiempos los pacientes tienden a subestimar sus síntomas o desatenderlos para evitar inconvenientes a familiares y seres queridos esperando la autorresolución de sus problemas médicos. En cardiología, el tiempo de demora a la visita al especialista tiene relación indirecta con la posibilidad de remediar el problema. A mayor tardanza, menor la posibilidad de reparar el daño del sistema cardiovascular.
“La prevención ocupa un lugar central y por eso nos preocupa la educación de nuestra población. Por lo tanto, tomar ciertas precauciones y recomendaciones es la mejor alternativa” recomendó el doctor Juan Pablo Costabel, cardiólogo clínico del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). En ese sentido, el especialista recomendó:
• Planificar en lo posible las comidas. La clave está en saber elegir y ser moderados.
• No ayunar ni saltear comidas, aún cuando el día previo o la comida anterior hayan sido abundantes.
• Evitar las entradas copiosas ricas en fiambres y quesos.
• Preservar la presencia de vegetales crudos y frutas frescas en las comidas.
• Para aderezar las ensaladas, evitar mayonesas u otras salsas. Utilizar aceite de oliva y medir la cantidad (1 cucharada sopera por porción). Evitar excesos de sal.
• Elegir carnes magras.
• Atención en la mesa dulce del brindis, donde las calorías se triplican fácilmente.
• Regular la ingesta de alcohol. No más de 2 copas para el hombre y 1 copa para las mujeres por día.
• Mantenerse bien hidratado. Beber entre 2,5 y 3 litros de agua por día.
• Preservar la actividad física habitual o incorporar caminatas diarias.
• Respetar la toma y los horarios de los medicamentos.
• Ante la presencia de síntomas como dolor de pecho, falta de aire o palpitaciones se deberá consultar con urgencia al médico sin importar el contexto en que se encuentre