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Cómo cuidarse de los riesgos del sol

Las pantallas solares deben tener como mínimo factor 15

Es de público conocimiento que exponerse al sol sin tomar precauciones puede ocasionar graves daños en la piel. Sin embargo poco parece saberse de cómo actúan las pantallas, qué hacer si no se dispone del presupuesto para adquirirlas y cómo afecta la radiación a los ojos. En diálogo con DocSalud.com, la Dra. Silvina González, Jefa de la Sección Estomatología del Servicio de Dermatología del Hospital de Clínicas y médica de la división Cirugía Estética Reparadora de la Fundación Favaloro compartió distintas estrategias para protegerse de los rayos UV.


Usar ropa adecuada y no olvidarse del reloj

 

“No hay que tomar sol entre las 10 y las 16, pero si eso no es posible, al menos se debe evitar entre las 11 y las 13”, recomendó González a la par que destacó que el uso de una pantalla es fundamental. “Sin embargo, hay familias con muchos hijos que no pueden acceder a comprar bronceador para todos, por lo que respetar las horas permitidas es la primera estrategia a tener en cuenta”, explicó.

 

Por otra parte, la dermatóloga indicó que con ropa adecuada se pueden prevenir daños, en especial a los más chicos. Remeras de algodón de colores claros, sombreros o gorros de ala ancha (que tapen el área del rostro, orejas y boca incluidas) y lentes con protección contra rayos UVA y UVB se convierten en buenas tácticas. 

 

“Mucha gente desconoce que el sol es capaz de producir daño ocular a nivel celular, lo que puede devenir en enfermedades como cataratas o fotoqueratitis. Es por eso que se deben emplear anteojos de sol, no sólo para exponerse en vacaciones, sino que también resultan fundamentales para aquellos que trabajen al aire libre”, enfatizó.

 

A su vez, la radiación “agrava el riesgo de que un herpes labial se sobreinfecte y que en lugar de durar una semana, pueda permanecer durante un mes”. En ese sentido, recomendó a los más susceptibles mantener el área protegida. 


Buen uso y elección de las pantallas solares

 

Un bloqueador factor 15 es el requerimiento mínimo para defenderse de los efectos nocivos de la radiación. Pero poco se conoce acerca de la composición o el funcionamiento de las pantallas. Para empezar, la médica destacó que “un bloqueador factor 30 no protege el doble que uno factor 15, es decir, mientras que el segundo puede evitar el paso de los rayos dañinos en un 85%, el primero puede hacerlo en un 90%”, explicó. 

 

De todas formas, quienes son rubios o pelirrojos, poseen piel muy blanca u ojos claros, los más chicos o aquellos con afecciones previas de la piel como rosácea deben elegir pantallas con más protección.

 

Otro lugar donde se requieren recaudos especiales es el área de la boca, por lo que de ser posible, la médica recomendó adquirir una pantalla solar labial.

 

Pero una buena elección del producto no es el único factor a tener en cuenta. La adecuada aplicación también es clave para prevenir quemaduras u otras reacciones conocidas popularmente como “alergias al sol”, entre ellas urticarias y reacciones ampollosas.

 

“Se debe colocar la pantalla 15 a 30 minutos antes de exponerse”, indicó la especialista. Tomarse un tiempo para hacerlo en tranquilidad no sólo garantiza darle a la crema el tiempo necesario para actuar, sino que también permite “una aplicación homogénea y prolija, que no dé lugar a  los clásicos olvidos en zonas como pies, orejas e incluso la calva o la línea del cuero cabelludo”, indicó. A su vez, se debe volver a emplear el producto después de dos o tres horas, o incluso antes si la persona pasó más de 40 minutos en el agua o transpiró en demasía. 

 

González destacó que los nadadores también deben usar pantalla, ya que “los rayos ultravioleta pueden llegar hasta 3 metros debajo del agua”. En relación a otros factores ambientales, la especialista recordó que hay que protegerse en los “días feos”, ya que “las nubes solo bloquean el traspaso de la radiación entre un 15 y un 30%”. Por último, la nieve y la arena producen un reflejo de un 90% y un 25% respectivamente, por lo que se incrementa el riesgo de daño en la piel.

 

Pero quienes no deben usar cremas ni tampoco exponerse al sol son los bebés menores de 6 meses, ya que a esa edad “la piel no está lista para soportar los componentes químicos y es muy vulnerable a los efectos nocivos de la radicación”.


Peligros no tan conocidos

 

Hasta los 20 años de edad, se debe prestar especial atención a la protección contra los rayos nocivos, ya que en ese lapso de tiempo “se recibe hasta el 80% de sol que vamos a incorporar toda la vida”, explicó González.

 

Cuidarse es, para la dermatóloga, una apuesta a futuro. Como ejemplo destacó: “se debe evitar recibir mucha radiación, ya que después puede necesitarse en tratamientos de quimioterapia ante un posible cáncer y ciertos pacientes no pueden recibirla por no haberse protegido del sol”.

 

En relación a los lunares, la médica enfatizó en que no se debe aplicar excesiva cantidad de pantalla sólo en la región de la protuberancia, sino que el producto debe esparcirse por toda la piel.

 

Por último, indicó que las personas con inmunosupresión como pacientes con VIH, cáncer o quienes hayan recibido algún trasplante son un grupo de riesgo, ya que el sol es capaz de bajar aún más sus defensas.

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