El cuerpo de Hugo Chávez se encuentra en un ataúd de madera y sólo quienes se acercaron a despedirlo pudieron verlo. Pero su sucesor, Nicolás Maduro, anunció que será depositado en una urna de cristal, para que pueda ser inmortalizado a lo largo de los años. Antes, se le debe realizar un proceso de embalsamamiento, que requiere de distintos pasos.
Según explicó a DocSalud.com el profesor Ricardo Péculo, fundador del Instituto Argentino de Tanatología Exequial (IATE), “lo primero que se hace es una tanatopraxia temporal, por la cual el cuerpo se conserva hasta por dos meses”. Esta práctica se realiza para subsistir durante los funerales y se consigue mediante la inyección de químicos a base de formol, que evitan la descomposición. A su vez, para borrar los rastros de dolor, “se realiza la tanatoestética mediante el uso de cosméticos que ayudan a lograr en el rostro la expresión de estar dormido, agregó.
“Transcurrido ese período, el próximo paso es el embalsamamiento definitivo. En la actualidad no se extraen las vísceras como se solía hacer 15 años atrás, sino que se realiza una pequeña incisión de dos centímetros en el cuello o en la pierna para buscar una vena y una arteria”, explicó el tanatólogo.
Es que mediante estas dos vías se realiza el reemplazo de sangre por químicos. A través de la vena se drena el líquido. Y por la arteria se inyectan los compuestos para que se dirijan a todos los lugares del cuerpo, incluso a los capilares de las extremidades, áreas difíciles de llegar.
“Son compuestos especiales hechos a base de formol, tienen germicida para desinfectar las bacterias, poseen colorantes para devolver el color en vida y conservantes para los tejidos, que logran que pulmones y corazón se queden en su lugar y de ese modo evitar hundimientos”, aclaró Péculo.
Para áreas como los ojos se requieren de procesos especiales, ya que “el glóbulo ocular es muy acuoso, y fácil de hundirse”. Como es un área difícil de llegar mediante la inyección de sustancias se utilizan cápulas oculares. Según explicó el tanatólogo, “son como lentes de contacto más grandes que recubren el ojo y lo ayudan a mantener su forma original”.
Por último, la utilización de una urna de cristal no es un hecho casual. Al estar cerrada, el cuerpo va a mantenerse a una temperatura constante, “no congelada, pero sí permanente”. . Es que uno de los factores que aceleran la descomposición son los cambios de clima.
“Dentro de la caja de cristal, el cuerpo va a ser mantenido por años y se va a ir modificando por sí solo tal cuál como se presenta hoy”, indicó el especialista.
Por último, explicó que se deben realizar controles periódicos – primero cada 15 días, luego una vez al mes y más tarde, bimestrales- con el fin de comprobar que el cuerpo no haya sufrido modificaciones. Por ejemplo, si durante esos chequeos se registra que el químico no llegó a las extremidades, debe ser inyectado de forma local.