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Cómo superar el miedo a volar

La tragedia aérea en Río Negro impacta a la opinión pública, pero repercute en mayor medida en quienes tienen miedo a volar. La Licenciada en Psicología Liliana Aróstegui, fundadora de Alas & Raíces, una asociación que dicta cursos para perder el temor a los aviones, recomendó a quienes sufren del problema “conmoverse pero no sugestionarse” y evitar preguntar por experiencias ajenas.  

 

“Históricamente, nunca un accidente aéreo ocurrió por una sola causa (aunque se baraje la hipótesis de ‘engelamiento’) y aún es muy pronto para arrojar una conclusión”, explicó Aróstegui, quien se desempeñó durante 18 años en Obra Social de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas y formó parte del Laboratorio de Factores Humanos de Aerolíneas Argentinas.

 

En diálogo con DocSalud.com,  la experta indicó que este medio de transporte es seguro y que las tragedias “son situaciones puntuales ”. Y si bien no sugestionarse frente a las imágenes difundidas es un desafío, “muchos ex alumnos se contactaron para informarnos que se sintieron conmovidos con el accidente, pero afirmaron que no van a dejar de volar”.

 

Aróstegui, quien también es terapeuta cognitiva, advirtió que el temor a viajar por esta vía puede devenir de otros miedos como al de “ceder el control” o la “claustrofobia”. Para controlar este conjunto de temores, recomendó:

 

 

Centrarse en la respiración y retomar este ejercicio cuando el miedo vuelva. Aunque también se puede acudir a la medicación, inhalar y exhalar es el recurso más accesible para sentirse “en un lugar seguro”. 

 

Entender que la turbulencia es incómoda pero no peligrosa, ya que “ellas son inherentes al aire en movimiento” y los aviones de líneas comerciales están fabricados para soportarlas. 

 

 • No estar pendiente de los vuelos que realizan otras personas, ya que preguntar “por otras experiencias que son realizadas en otro momento y lugar sólo sirve para alimentar la ansiedad”.

 

No chequear la meteorología una semana antes de volar, porque el clima puede cambiar y si las condiciones no son adecuadas para el despegue, el piloto lo notificará.

 

No arrojar conjeturas sobre una demora en el despegue, ya que ese lapso puede deberse a un chequeo de rutina o cualquier otro proceso. Depositar los miedos personales en un evento desconocido sólo sirve para incrementar el temor.

 

Confiar en el piloto, que es la persona capacitada para decidir si las condiciones son las adecuadas para despegar.

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