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Consumir calcio y practicar ejercicio, fundamentales para combatir la osteoporosis

La osteoporosis se presenta cuando el organismo no es capaz de formar suficiente hueso nuevo o cuando gran cantidad del hueso antiguo es reabsorbido por el cuerpo. El calcio y el fósforo son dos minerales esenciales para que ellos se generen. Pero si el cuerpo no absorbe suficiente calcio de la dieta, puede verse afectada la formación del tejido óseo.

 

Se estima que actualmente 10 millones de estadounidenses la padecen, al igual que otros 18 millones que presentan disminución en la masa ósea u osteopenia, lo cual finalmente puede llevar a osteoporosis si no recibe tratamiento.

 

Inicialmente, la enfermedad no presenta síntomas pero, al avanzar, puede tornarse dolorosa, deformante y causar la mayoría de las fracturas en las personas mayores de 50 años. Dentro de esta franja, afecta principalmente a las mujeres que alcanzaron la menopausia donde, una de cada cuatro la padece y se estima que cerca de la mitad de ellas tendrá una fractura de cadera, de muñeca o de vértebras.

 

Aunque afecta todo el esqueleto, los sitios más propensos a sufrir fracturas son las muñecas, la columna y la cadera. Esta última es la causante de la mayoría de las complicaciones graves de la enfermedad y de los mayores costos económicos.

 

Durante el proceso de envejecimiento, el calcio y el fósforo son reabsorbidos de nuevo desde los huesos. Esto puede provocar que se tornen frágiles, quebradizos y más propensos a fracturas, incluso sin que se presente una lesión.

 

Por lo general, la pérdida ocurre de manera gradual en un período de años y, muchas veces, la persona sufrirá una fractura antes de percatarse de la presencia de la enfermedad. Cuando esto ocurre, la osteoporosis ya se encuentra en sus etapas avanzadas y el daño es grave.

Sus causas principales son la disminución de los niveles de estrógenos en las mujeres en el momento de la menopausia y la reducción de la testosterona en los hombres.

 

El calcio, fundamental para su prevención

 

Una ingesta habitual de calcio es fundamental para mantener los huesos sanos. Este mineral no sólo es necesario para su formación y mantenimiento sino que también participa en otras funciones metabólicas.

 

Aunque los huesos parezcan estructuras permanentes, se renuevan en un proceso de formación y destrucción que normalmente debe mantenerse en equilibrio. Esta renovación llega a completarse cada siete años en un adulto normal. La carencia del mineral hace que se altere este equilibrio y que aumente el riesgo de sufrir osteoporosis.

 

La cantidad de calcio que necesita nuestro cuerpo para mantenerse sano varía con la edad. Es mayor en la niñez y la adolescencia durante el crecimiento del esqueleto y también durante el embarazo y la lactancia. Las mujeres en la pos-menopausia y las personas mayores de 65 años son las que deben aumentar su consumo dentro de la dieta. 

 

La cantidad que un adulto debe ingerir diariamente es de 1200 mg. Se debe considerar que más del 80% del calcio consumido proviene de productos lácteos.

 

Por otra parte, para poder absorber el calcio se requiere de la vitamina D, que se sintetiza en la piel con la luz solar. Aquellas personas que no se exponen al sol deben recibir suplementos con esta vitamina.

 

La práctica diaria de ejercicio físico también contribuye a prevenir la osteoporosis, pues fija el calcio. También ayuda a mantener la movilidad articular, mejorar la fuerza muscular y la coordinación, corregir la postura y reducir el dolor. Los más recomendados son la caminata a paso rápido, (una cuadra por minuto), la gimnasia, el ciclismo (puede ser bicicleta fija) o la natación.

Muchas personas, por diversos motivos relacionados con la edad o trastornos reumáticos, no pueden caminar o practicar deportes. Ellos pueden beneficiarse con ejercicios simples practicados regularmente, evitando posturas incorrectas que favorecen el desarrollo de fracturas y deformidades de la columna.

 

Otras medidas para prevenir la osteoporosis son evitar el alcohol en exceso y no fumar. Aunque no hay cura para la enfermedad, existen medicamentos aprobados para su prevención y tratamiento.

 

Cómo se detecta

 

El examen médico y una adecuada historia clínica permitirán detectar en forma precoz los factores de riesgo relacionados con la osteoporosis. En algunos casos avanzados la pérdida de masa ósea se refleja en una simple placa radiográfica de columna vertebral o de cadera. Además, para diagnosticar la osteoporosis existe una metodología especializada, la densitometría ósea. Se trata de un estudio que detecta el grado de mineralización del esqueleto. También permite estimar la de pérdida de mineralización y el riesgo de padecer fracturas. Actualmente, existen densitómetros instalados en todo el país. 

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