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Crean un músculo que funciona como real y además se cura sólo

Ilustración del músculo de diseño. (Foto: Universidad de Duke)

Científicos de la Universidad de Duke, Estados Unidos, lograron crear un tejido que se comporta como un músculo al contraerse con fuerza y rapidez. En experimentos con ratones, se probó que además de integrarse bien en un ser vivo, tiene la capacidad de curarse por sí mismo.

Según informó el sitio BBC Mundo, el tejido que se ve y funciona como uno real y podría utilizarse en tratamientos de medicina regenerativa, aunque todavía sólo fueron testeados en roedores.

Los resultados de este trabajo, que por ahora está en una fase muy temprana, fueron publicados  en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Para el equipo de investigación, el éxito del experimento estuvo en crear el ambiente perfecto para que creciera el músculo: fibras musculares contráctiles desarrolladas y una piscina de células madre inmaduras, conocidas como células satélite, que se pueden convertir en tejido muscular.

Es que cada músculo tiene de reserva células satélite, que se activan cuando se produce una lesión y empiezan el proceso de regeneración. Las células esperan ese llamado para trabajar en una suerte de nichos.

Mark Juhas, uno de los investigadores del trabajo, explicó que «sólo implantando células satélite o músculos menos desarrollados no funciona tan bien».

«El músculo bien desarrollado que hicimos ofrece nichos en donde pueden vivir las células satélites y, cuando sea necesario, restaurar la musculatura y su función», agregó.

Para comprobar que el tejido realizado en el laboratorio fuera eficaz, los expertos realizaron una serie de pruebas en el laboratorio. Tras estimularlos con impulsos eléctricos, pudieron verificar la fuerza contráctil, que era diez veces más fuerte que la de cualquier otro músculo diseñado anteriormente. Más tarde, luego de dañarlo con una toxina, verificaron cómo podía repararse a sí mismo utilizando células satélites.

El siguiente paso fue probarlo en un ser vivo y se eligieron ratones. De esta forma notaron que se integraron bien a los otros tejidos.

Verificaron que el músculo de laboratorio pudo trabajar de manera adecuada porque modificaron sus fibras para que produjeran fluorescencia durante su contracción. Esta iluminación aumentaba a medida que el tejido se hacía más fuerte.

A pesar de que el equipo admite que se necesitan más pruebas para que estos tejidos estén disponibles en humanos, con los roedores “se pudo ver y medir en tiempo real cómo los vasos sanguíneos crecían dentro de las fibras musculares implantadas, madurando hasta igualar la fuerza de sus equivalentes nativos», según explicó Juhas.

Por su parte, el profesor Nenanrd Bursac detalló que “esta es la primera vez en que un músculo diseñado se contrae con la misma fuerza que el de un recién nacido”.

A su turno, el profesor Mark Lewis, de la universidad de Loughborough de Reino Unido y experto en diseño de tejidos de músculo esquelético opinó que hasta ahora muchos científicos lograron hacer “crecer” este tipo de tejidos en el laboratorio. «No obstante, el trasplante de estos músculos a una criatura viviente y que siga funcionando como si fuera uno nativo es llevar el trabajo a un siguiente nivel», señaló.

Fuentes: BBC Mundo

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