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Deporte y sol, una alianza posible

Quienes desarrollan actividades físicas al aire libre obtienen un sinnúmero de beneficios para su salud, pero tienen el gran desafío de proteger correctamente la piel y los ojos de los rayos ultravioleta (UV), ya que este grupo tiene mayor riesgo de desarrollar lesiones y cáncer. Las precauciones deben ser aún mayores si se trata de niños. Es importante conocer los recaudos generales y aquellos específicos, así lo puntualizó a DocSalud.com el médico Andrés Politi, coordinador de la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel de la Sociedad Argentina de Dermatología: “Hay que adaptar las pautas de cuidado a cada deporte porque cada uno es un mundo distinto. Además, hay muchos en los que la protección solar es contra reglamento, por ejemplo, no se puede jugar al fútbol con gorra. Hasta ahora nadie cruzó estas dos variables, si bien ya hay muchas publicaciones científicas sobre cáncer cutáneo grave en maratonistas, alpinistas, escaladores, nadadores, golfistas o en quienes hacen yachting”.

Periodista (P.): ¿Cómo combinar sol, deporte y piel saludable?

Dr. Andrés Politi (D.A.P.): Lo paradójico es que se vincula al deporte con la salud, pero no se tiene en cuenta el cuidado de la piel, aun cuando se sabe que la exposición solar intensiva con el tiempo puede traer riesgos serios, como cáncer, ya sea por el sol acumulado poco a poco a lo largo de la vida, o por la exposición en la niñez. Hay tres tipos de pautas: evitar el horario de 10 a 16, cubrirse con sombra (ropa, gorro, anteojos) y usar protector.

P.: ¿Cómo deben ser las características del gorro?

D.A.P.: Los que tienen visera sólo sirven para que la luz no moleste, para evitar cerrar los ojos, pero estos no protegen ni las mejillas, ni las orejas, ni la nuca. Por eso se recomienda usar sombrero de ala ancha, de por lo menos ocho centímetros, para dar protección desde el lóbulo de la oreja hasta la punta de la nariz. Las personas calvas tienen que usar, además, protección solar en la cabeza.

P.: En relación a la ropa, ¿cuál se aconseja y qué opina sobre aquella con factor de protección (UPF)?

D.A.P.: La ropa no filtra completamente los rayos UV, o al menos no lo hacen todas por igual. Las que son de telas muy finas o con una trama medio abierta dejan pasar la luz del sol, para eso se crearon sustancias que se adicionan a la ropa con un factor de protección, los reparos son accesibilidad (por ahora sólo se encuentran en marcas de alta gama), y durabilidad (esas sustancias se pierden con los lavados reiterados). La indumentaria con UPF quizás es más recomendable para deportistas profesionales o para quienes se dedican de manera intensiva, siempre teniendo la precaución de renovarla periódicamente y considerando que la ropa de trama cerrada brinda más o menos la misma protección.

P.: ¿Los deportistas tienen que hacer controles dermatológicos más frecuentes?

D.A.P.: Los que tienen mucha exposición solar deben tomar mayores precauciones y visitar al dermatólogo una vez por año, ya que ellos están dentro de los grupos con factores de riesgo de cáncer cutáneo, que también incluyen a los que tuvieron muchas quemaduras de chicos, los de piel muy blanca, los que tuvieron cáncer o un familiar directo con melanoma (el tipo que se puede heredar).

P.: ¿Cómo cuidar la vista?

D.A.P.: Se aconseja usar anteojos con protección solar porque la exposición a rayos UV tiene relación con la aparición precoz de cataratas, con mayor riesgo en personas de ojos claros, por eso. En muchas actividades también se usan lentes para proteger el globo ocular, por ejemplo corredores, tenistas, golfistas.

P.: ¿Cuáles son las zonas del cuerpo más afectadas?

D.A.P.: La localización de melanomas en varones es más frecuente en tronco, cuello y cuero cabelludo, y en las mujeres en mejillas, piernas y brazos. El melanoma es el más maligno pero no es el único tipo: de cada 100 casos de cáncer de piel, 5 son melanomas y 95 son epiteliomas o carcinomas. El 85% de los epiteliomas aparecen en cabeza y cuello.

P.: ¿Cómo proteger a los chicos, qué tener en cuenta?

D.A.P.: En la niñez el riesgo es doble, uno por la permanencia al aire libre y el otro por la edad. El cuidado en la infancia es clave, tanto por la acumulación como por el tremendo impacto que tienen en la vida adulta las quemaduras de sol de la infancia. Hay que crear conciencia, pero el tema abarca tanto cuestiones educativas como de política pública. Por ejemplo, en los colegios la actividad física es parte de la educación en hábitos, pero se realiza sin considerar los horarios: si a un niño se lo lleva a hacer gimnasia a las dos de la tarde, las charlas de prevención no tendrán el mismo efecto.

P.: ¿Qué ocurre con las colonias de vacaciones?

D.A.P.: Hay un problema serio porque no dejan de funcionar al mediodía. Los chicos tendrían que estar protegidos de 10 a 16, horario de mayor radiación. Para ello se tendrían que habilitar amplias áreas de media sombra, e incluso las piletas de natación deberían contar con una zona cubierta de manera permanente, para que no haya que elegir entre estar en el agua o a la sombra. De todas formas, alcanzar un cambio es complejo, porque involucra infraestructura, hábitos y recursos humanos.

P.: ¿Qué consideraciones deben tener quienes practiquen deportes en el agua?

D.A.P.: Los que hacen surf van a la delantera en el cuidado porque, además de usar protectores, utilizan trajes (de neoprene para aguas frías y segunda piel para las cálidas), con estos equipos queda cubierta una gran superficie del cuerpo. En el yachting y otros deportes náuticos el problema es el reflejo, por eso tienen que aplicarse protector aunque estén con sombrero para evitar quemaduras.

P.: ¿Cómo deben usar los fotoprotector los deportistas acuáticos?

D.A.P.: Quien no va a estar en el agua tiene que aplicarlo 20 minutos antes de exponerse al sol y renovarlo a las 2 o 3 horas; en cambio, si la persona transpira o realiza actividades acuáticas, el efecto del protector dura entre 40 y 80 minutos, por lo que se aconseja volver a aplicarlo con la piel bien seca. Los envases de estos productos pueden incluir si son resistentes al agua.

P.: ¿Qué se aconseja a quienes realizan deportes de altura o en la nieve?

D.A.P.: En relación a la altura hay que tener en cuenta que cada mil metros de ascenso se incrementa entre un 15% y un 30% la intensidad de la radiación solar. Quienes desarrollan ejercicios en la nieve, deben estar aun más atentos, en especial a fines del invierno cuando no hace tanto frío y esquían no tan cubiertos, porque hay triple acción: el sol, la altura y el reflejo. Hay personas con quemaduras detrás de la oreja porque les rebotó la luz.

P.: ¿Cuáles son los recaudos para quienes hacen golf?

D.A.P.: Como este deporte se practica al sol durante muchas horas (cinco) y nunca con luz artificial, al golfista se le recomienda ser el primero en salir o el último en terminar, usar sombrero y mangas largas, llevar en el carro una sombrilla y renovar la aplicación de protector solar al terminar los 9 hoyos. De hecho, los profesionales de golf americano reunieron a sus máximas estrellas en un video para promover estos hábitos y cuidados. Por otro lado, una investigación con golfistas universitarios demostró que el protector se usa más si está disponible al salir a jugar, de ahí la importancia de que en los clubes se disponga de estas cremas en los sitios de práctica.

P.: Las altas temperaturas también pueden provocar deshidratación, golpe de calor y afectar el rendimiento de cualquier deportista.

D.A.P.: Sí, pero hay que prestar atención porque los de alto rendimiento, como los maratonistas, pueden estar en riesgo y no percibirlo. Otra idea falsa es que el sol es dañino si la persona se pone colorada, pero no si se broncea, eso es una absoluta mentira. Hay que desconfiar de lo que se pueda sentir, el sol daña aunque la persona no lo sienta.


Entrevista de Ana Paula Cordero. 
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