La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en su lucha contra el cáncer, como parte de los objetivos delineados junto con el Ministerio de Planificación, continúa trabajando en su objetivo de reducir los efectos adversos de radioterapia.
El año pasado la CNEA reequipó el Centro de Medicina Nuclear, inaugurado por la presidente Cristina de Kirchner y ahora avanza en la puesta a punto de un nuevo equipamiento capaz de reducir de manera significativa los efectos adversos de la radioterapia.
Se trata del Clinac Varian, un nuevo “Acelerador Lineal con Imágenes Abordo”, que precisa en tiempo real la posición y dimensiones del tejido que se debe atacar y evita aplicaciones contraproducentes otras zonas del cuerpo.
Este acelerador comenzará a ser utilizado en la Fundación Escuela de Medicina Nuclear (Fuesmen) de Mendoza, creada por la CNEA, la Universidad Nacional de Cuyo y la provincia.
Técnicos de la CNEA indicaron a la agencia Télam que «hasta ahora -aún con enormes progresos- la radioterapia se realiza considerando que los pacientes tienen órganos estáticos».
Explicaron que «el tratamiento se planifica al comienzo y se repite hasta el primer control sin tener información exacta sobre las variaciones que puede haber experimentado el paciente».
La técnica de Radioterapia Guiada por Imágenes en Tiempo Real (IGRT) combina un acelerador lineal con un tomógrafo que permite realizar lo que se llama Tomografía Computada de Haz Cónico (Cone Beam CT).
«La IGRT es muy aconsejable, por ejemplo, para tratar afecciones en los pulmones, la próstata o el hígado porque son órganos que varían mucho de posición y tamaño, tanto por la respiración como por adelgazamiento y otros condicionantes», indicó el Gerente General de la Fuesmen, Valentín Ugarte.
Esto introduce un cambio significativo, que consiste en la adaptación en tiempo real del tratamiento en función de los cambios que experimenta el cuerpo del paciente y el tejido enfermo.
Es importante destacar que esta herramienta se suma al amplio abanico de terapias que existen contra el cáncer, y que los médicos deben determinar cuál es el tratamiento más conveniente en cada caso.
Desde sus inicios, la CNEA mostró especial atención a las investigaciones y aplicaciones de las radiaciones para uso médico. En ese sentido, creó el Departamento de Biología y Medicina en 1952, y en 1957 la División de Investigaciones Radiobiológicas.
La creación de la Fuesmen constituyó un hito importante para la medicina nuclear en el país, ya que permitió llevar a la sociedad los logros alcanzados en el campo de la investigación.