Investigadores estadounidenses demostraron que existen en la mujer adulta células madre ováricas capaces de producir óvulos (u ovocitos), abriendo así nuevas pistas a la medicina reproductiva.
Desde hace más de medio siglo, se consideró que las féminas nacen con una reserva fija de óvulos, la cual no se renueva, contrariamente a los espermatozoides del hombre. También que dicha reserva va disminuyendo y se agota definitivamente al llegar a la menopausia. Pero este punto de vista ya comenzó a ser cuestionado en 2004, cuando científicos del Massachusetts General Hospital (MGH) trabajaron con ratones y llegaron a la conclusión de que las hembras de los roedores mantenían la capacidad de producir ovocitos en la edad adulta.
«Si estos resultados se confirman en los humanos, todas las teorías sobre el envejecimiento del sistema de reproducción de la mujer tendrán que ser corregidas», comentó en aquel entonces el principal autor de la investigación, Jonathan Tilly, biólogo del MGH. No obstante, otros científicos habían recalcado que se trataba de experimentos realizados sólo con ratones y criticaron los métodos utilizados.
En un nuevo estudio, publicado el domingo por la revista científica británica Nature Medicine, el equipo de Tilly confirma su controvertida teoría. «El primer objetivo del estudio era probar que existen células madre productoras de ovocitos en los ovarios de las mujeres durante su vida reproductiva. Pensamos haberlo demostrado con mucha claridad», declaró el investigador.
Con un nuevo protocolo sumamente preciso, el equipo de Tilly aisló células madre germinales en ovarios humanos y demostró que eran capaces de producir ovocitos.
Tras aislar estas células, los investigadores las «marcaron» con una proteína fluorescente verde, un procedimiento muy común para observar el desarrollo de un experimento. Dichas células fueron inyectadas en tejido ovárico humano obtenido tras una biopsia, el cual fue luego implantado bajo la piel de un ratón.
El implante generó ovocitos, algunos de ellos con marcas fluorescentes verdes, lo cual demostraba que derivaban de las células madre inyectadas en el tejido ovárico. Otras no tenían marca, por lo que se piensa que ya estaban presentes en el tejido ovárico antes de la inyección de células madre.
Se necesitarán trabajos complementarios para demostrar que estos ovocitos son viables y entender los mecanismos que permiten su desarrollo. Pero para los investigadores, estos resultados representan una esperanza para las mujeres que pierden parte de su capacidad reproductiva, como consecuencia de una enfermedad (tratamiento contra el cáncer) o del paso del tiempo.
Este descubrimiento «abre el camino para el desarrollo de tecnologías totalmente nuevas para combatir la infertilidad de las mujeres y quizás demorar la aparición de la insuficiencia ovárica», afirmó Tilly.