Inyectar en el sistema público tecnología que sólo poseen los más modernos sanatorios privados es el objetivo de la Fundación “Dr. Juan A. Fernández”, que acaba de donar un quirófano híbrido al hospital porteño que lleva ese mismo nombre.
Por su parte Bagó explicó que la fundación, para priorizar las donaciones en aparatología, primero se reúne con Lanés, quien a la vez agrupa las necesidades del equipo de salud. Luego, a través de distintas galas solidarias en las cuales asisten embajadores, empresarios y otros actores de la sociedad, se juntan los fondos para adquirir los dispositivos de última tecnología. “El nuevo quirófano costó u$s 400 mil y esa suma se fue reuniendo a lo largo de dos años”, recordó.
Según explicitó el director del hospital Fernández, este espacio está muy próximo a inaugurarse. Sólo bastaría que llegue al país una pieza que completa puertas especiales, que son herméticas, se corren automáticamente y apenas están disponibles en muy pocos sanatorios del país.
“Éstas compuertas se abren apenas al apoyar el codo y como se cierran de arriba hacia abajo al abrirse de abajo, son más herméticas y aíslan el quirófano. Al no necesitar contacto con las manos, baja el riesgo de circulación de patógenos que podrían provocar infecciones”, indicó.
Más allá de este último detalle, la obra está hecha y según aclaró Lanés, si bien la fundación aporta los aparatos, concretar estos proyectos “demanda el esfuerzo de muchos”. Por ejemplo, en el nuevo quirófano nada se enchufa en el piso, sino que los aparatos están sostenidos y conectados desde el techo, por lo que hubo que hacer obras, en parte financiadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto, Bagó destacó que “fue increíble el trabajo de arquitectura para sostener el peso de los equipos, como las cialíticas, por lo que hubo que cambiar las vigas y prácticamente, acondicionar toda la habitación”.
Por último, el director del Hospital Fernández especificó que el quirófano híbrido requirió un tablero nuevo, cuyo costo llegó a los $300 mil y fue cubierto con aportaciones del Gobierno porteño y la fundación.
Los espacios donde se realizan operaciones del corazón deben cubrir ciertos requisitos, como por ejemplo, poseer una sala contigua aledaña apta para la recuperación del paciente y el nuevo quirófano del Fernández la tiene.
Pero además, existen dispositivos de primer nivel no disponibles en todas las salas de operación, entre ellos el recuperador de sangre, un pequeño aparato que ya fue adquirido por la fundación y que se utiliza principalmente para cirugías cardiovasculares.
“En este tipo de procedimientos hay mucha pérdida de sangre y un solo paciente puede demandar numerosas unidades. Lo que hace este dispositivo es ahorrar este insumo, ya que la sangre ingresa a la máquina que la purifica, y así vuelve a la persona”, indicó Lanés.
Pero a pesar de la renovación, se conservan algunas piezas antiguas. “Si bien nuestros quirófanos tenían más de 30 años, nuestra planta era modelo, por lo que recuperamos los lavabos de acero inoxidable, que se ubican cercanos al quirófano”, indicó.
A su vez, informó que en ese centro asistencial existe el plan de renovar de a poco sus 14 quirófanos y el próximo será el de traumatología, cuyos aparatos ya fueron adquiridos por la fundación, con un costo de u$s 250 mil.
Lanés comentó que todos ellos deberán incluir mesas de operación radiolúcidas, es decir, que permitan el pasaje de rayos para que se le puedan realizar radiografías al paciente mientras está siendo operado.
La licenciada Alejandra Merino, Jefa de Quirófanos del Hospital Fernández e instrumentadora quirúrgica acompañó a DocSalud.com en una recorrida exhaustiva del nuevo quirófano híbrido, muy próximo a inaugurarse. Aquí, sus detalles.
• Piso conductivo con carga electrostática por película de cobre, para evitar descargas eléctricas y proteger al equipo médico.
• Paredes de material aislante de fácil lavado y zócalos sanitario. Ambos evitan la acumulación y penetración de polvo y son de fácil lavado.
• Tablero especial con dos líneas eléctricas, que permite seguir operando en el caso de que una deje de funcionar. De haber un corte de luz, dos UPS aseguran que aparatos imprescindibles sigan funcionando por una hora más.
• Aparato para identificar presión positiva y negativa. La primera corresponde a un quirófano convencional y evita que las partículas del exterior ingresen al lugar. La presión negativa, en cambio, se usa para operar a pacientes con enfermedades infectocontagiosas, como tuberculosis, ya que por un lado, no disemina las partículas hacia el exterior y por el otro renueva el aire mucho más rápido y filtra todas las partículas que podrían existir con micobacterias, lo que protege al equipo que está operando. No todos los quirófanos tienen rotación de presiones, por lo general son positivos.
• Mesa de anestesia de última generación, que gradúa a muy bajo volumen la cantidad de líquidos calmantes, por lo cual se vaporizan menos en el ambiente. Cabe aclarar que estos compuestos no son inócuos para el equipo médico.
• Camilla hueca y móvil hacia delante y los costados, sin mover el pie. Ideal para cateterismos, donde se ingresa el catéter desde la zona inguinal se traslada a otros lugares del cuerpo. Así, en lugar de mover el tubo, que puede provocar daños se desplaza la camilla.
• Lámparas cialíticas LED frías, que además de ser más fiables que las convencionales en la iluminación, no van a generar calor sobre el campo operatorio. A su vez, posee una cámara incluída conectada a los monitores del quirófano y también un capturador de imágenes, que pueden ser mandadas a otros lugares de la institución. A diferencia de las cialíticas viejas, los focos de las LED no se queman. Además, se puede manejar la intensidad de iluminación.
• Monitores LED en todo el quirófano. Mediante el uso de estas pantallas, se evita el traslado de radiografías. A su vez, la digitalización de placas resultará de suma utilidad para el personal de salud y para el medioambiente, ya que el revelado requiere productos tóxicos que deben ser eliminados como residuos peligrosos.