Investigadores sostuvieron que en los países occidentales, la incidencia del cáncer de mama se reduciría un tercio si las mujeres comieran menos e hicieran más ejercicio. Si bien tanto las mamografías como el diagnóstico precoz provocan mejoras significantes, los especialistas concuerdan que es hora de prestar atención a los hábitos y de ese modo, prevenirse.
«Lo que se ha podido lograr con mamografía se ha logrado, ahora es hora de pasar a otra cosa», sostuvo Carlo La Vecchia, jefe de epidemiología de la Universidad de Milán en una conferencia sobre la enfermedad, que se realiza durante estos días en Barcelona, España.
De acuerdo con las cifras más recientes, en Europa hubo 421.000 casos nuevos de cáncer de mama y 90.000 muertes en 2008. En Estados Unidos se registraron 190.000 casos y 40.000 muertes el año pasado.
La probabilidad de contraer cáncer de mama es una en ocho y muchos de los casos son alimentados por el estrógeno, una hormona que se produce en el tejido graso. Los especialistas sospechan que cuanto más sobrepeso tiene una mujer, mayor es la producción de la hormona.
Según La Vecchia, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer estima que entre el 25 y el 30% de los casos de cáncer se podrían evitar si las mujeres fueran más delgadas y más activas físicamente, ya que el ejercicio podría transformar el tejido adiposo en músculo y producir menos estrógeno.
Sin embargo, más allá del descubrimiento, las declaraciones acarrearon polémicas, ya que se corre el peligro de que muchas mujeres pudieran culparse por contraer el mal.
Por otra parte, un estudio sobre 400 mil personas llevado a cabo por la Queen’s University Belfast, en Irlanda del Norte, sostiene que con una alimentación sana (rica en vegetales y granos) y disminuyendo el consumo de alcohol se reduce el riesgo de cáncer de mama en un 11 %.
La premisa del ensayo es que si bien las mujeres no pueden cambiar su historia familiar, son capaces aminorar las chances mediante hábitos saludables. Según la doctora Sarah Brennan «las tasas de cáncer de mama siguen subiendo por todos los factores de riesgo inalterables, pero hay otros que sí son modificables, por ejemplo la dieta».
El informe, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, agrega que grandes cantidades de vino, cerveza y otras bebidas han incrementado el riesgo de padecer el mal en un 21 %.
De todas formas, Brennan señaló la importancia del cuidado en futuros estudios para examinar la relación entre los hábitos alimenticios y la enfermedad.