Hacer ejercicio tres veces a la semana reduce la posibilidad de desarrollar depresión en un 16%, dijeron científicos el miércoles, y por cada jornada extra el riesgo disminuye más.
En un estudio realizado como parte de una investigación de salud pública, los científicos del Reino Unido dijeron que la relación que hallaron entre la depresión y el ejercicio apunta a maneras de mejorar simultáneamente la salud mental y la física.
«Asumiendo que la asociación es causal, la actividad física en los ratos libres tiene un efecto de protección contra la depresión», dijo Snehal Pinto Pereira del Instituto de Salud Infantil del University College de Londres, que encabezó el estudio.
«Si un adulto entre sus 20 y 30 años que no está físicamente activo se ejercita tres veces a la semana, reduciría el riesgo de depresión aproximadamente en un 16%», explicó.
La depresión es una de las formas más comunes de enfermedad mental, y afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la califica como la causa principal de incapacidad a nivel global.
El tratamiento para la depresión usualmente involucra medicación o psicoterapia, o una combinación de ambas. Y sin embargo, muchos pacientes no mejoran y sufren recurrentes recaídas en la enfermedad.
El equipo de Pereira observó a 11.135 personas nacidas en 1958 hasta los 50 años, registrando sus síntomas depresivos y niveles de actividad física en intervalos regulares como adultos.
Para evaluar la depresión, se fijaron en las respuestas al Malaise Inventory, un cuestionario diseñado para medir los problemas psicológicos, a los 23, 33, 42 y 50 años. También se le preguntó a los participantes con qué frecuencia realizaban ejercicio.
Los resultados mostraron que las personas que aumentaban su actividad física semanal registraban menos síntomas depresivos, pero aquellos con más síntomas eran menos activos, en particular con menor edad.
Cada actividad adicional por semana reducía la posibilidad de depresión en un 6 por ciento.
Los expertos señalaron que el vínculo entre el ejercicio y los síntomas de depresión se veían en toda la población y no sólo en aquellos con alto riesgo de depresión clínica.
El estudio halló que las personas que informaban de más síntomas que otras a los 23 años tendían también a ser menos activas físicamente, pero esta relación fue menor a medida que envejecieron.
«Este hallazgo es importante para políticas diseñadas para que más gente se vuelva activa físicamente, porque sugiere que los síntomas de depresión podrían ser considerados una barrera a la actividad en los jóvenes», dijo Pereira.
Chris Power, profesor de epidemiología y salud pública que también trabajó en el estudio, dijo que la investigación añadía peso a la evidencia existente que sugiere que el ejercicio podría ser utilizado como tratamiento para la depresión, así como para impulsar la actividad física.
«Si todos hicieran actividad al menos tres veces por semana, veríamos una caída en el riesgo de depresión, además de los beneficios para la salud física, como han señalado otros estudios, incluidos la reducción de la obesidad, la enfermedad cardíaca y el riesgo de diabetes», agregó.