Docsalud – Lo que necesita saber sobre salud

El lavado de manos salva vidas

Cada año, más de 3,5 millones de niños y niñas del mundo no llegan a cumplir los 5 años de edad por causa de las diarreas y la neumonía. Se estima que un tercio de esas muertes podrían evitarse con el lavado de manos.

Por eso, desde 2008, cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial de esta práctica, que busca concientizar e incrementar la comprensión de su importancia. Surgió como una iniciativa de la Alianza Global entre los sectores público y privado, y está respaldada por varias instituciones gubernamentales e internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, organizaciones de la sociedad civil, ONG, compañías privadas e individuos de todo el mundo.

“El lavado de manos realizado de manera correcta, con agua y jabón, es la medida más eficaz para eliminar los gérmenes que producen numerosas afecciones”, declaró hoy el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, en alusión a esta fecha. Y remarcó que: “Mediante este sencillo acto cotidiano podemos evitar el contagio de enfermedades y salvar muchas vidas”.

Claves de un hábito saludable

Las manos normalmente portan millones de microbios, en su mayoría inofensivos. Pero constituyen la principal vía de transmisión de varios agentes infecciosos, particularmente en los niños.

Es común que las personas se laven sólo con agua, pero es necesario usar abundante jabón, ya que facilita la frotación y resulta mucho más efectivo para eliminar la grasa y la suciedad que contienen a los microbios. Si se utilizan apropiadamente, todos los jabones son igualmente eficaces para remover los agentes infecciosos. Y, si no se cuenta con jabón, es posible reemplazarlo eventualmente con alcohol en gel.

Existen momentos críticos para aplicar esta medida de higiene: después de usar el inodoro; cambiar el pañal de un bebé o limpiar a un niño que fue al baño; antes y después de manipular alimentos o amamantar; antes de comer, después de tocar alimentos crudos y antes de tocar alimentos cocidos; después de manipular basura, desperdicios u objetos “sucios”, como dinero, llaves, pasamanos; y cuando se llega a la casa de la calle, el trabajo o la escuela.

Está comprobado que el lavado de manos reduce la tasa de enfermedades diarreicas casi a la mitad y la tasa de infecciones respiratorias a cerca de un cuarto. También puede prevenir las infecciones de la piel y los ojos, las causadas por parásitos intestinales y otras, como la gripe aviaria y la influenza A H1N1. Además, resulta beneficiosa para la salud de las personas que viven con el VIH/SIDA.

Los niños como agentes de cambio

A pesar de que este hábito tiene un gran potencial para salvar vidas, rara vez se practica y no siempre resulta fácil de promover. Se estima que, a lo sumo, 3 de cada 10 personas se higienizan las manos con jabón después de utilizar el baño. En este sentido, algunos estudios recientes demuestran que más del 40 % de las personas que concurren a sanitarios públicos, no utilizan los lavatorios antes de salir de ellos.

Cambiar estas conductas es fundamentalmente una cuestión de voluntad. Porque esta acción es de muy bajo costo, si se la compara con el financiamiento que requieren otras intervenciones de salud. Casi todas las viviendas en el mundo ya tienen jabón –aunque éste se usa, en general, para lavar ropa y platos, y para bañarse antes que para lavarse las manos.

Por eso, Manzur destaca que “los chicos actúan como los principales agentes de cambio, al llevar a sus casas y comunidades las buenas prácticas de higiene que aprenden en la escuela”. Sin dudas constituyen el  segmento de la sociedad que suele ser más energético, entusiasta y abierto a las nuevas ideas. Y el Día Mundial del Lavado de Manos busca motivarlos para que sean “embajadores del lavado de manos”.

Cómo se debe realizar el lavado

El modo en que se realiza la higiene es tan crítico como el momento en que debe hacerse. Los pasos a seguir son:

• Utilizar jabón y agua tibia (el jabón líquido es el menos contaminante).

• Lavar bien toda la superficie de las manos, incluyendo muñecas, palmas, dorso y dedos. Además, cepillarse bien debajo de las uñas.

• Frotar las manos enjabonadas durante 15 segundos.

• Enjuagar bien.

• Secar con una toalla de papel descartable, una toalla de tela (en el hogar) o un secador de aire caliente, para evitar que se dañe la piel durante el procedimiento.

 

Salir de la versión móvil