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El verano para los alérgicos

Llegó el verano y con él las alergias propias de esta época, por lo que las personas vulnerables deben estar prevenidas. En ese sentido, un informe de la Estación Aerobiológica Buenos Aires, Comité de Estudios, llamado “Impacto Medio Ambiental sobre las Enfermedades Alérgicas», puso de relieve los factores de riesgo:

• Presencia de granos de polen de diversas especies vegetales que no sólo están en primavera. Los más sensibilizantes provienen de las flores pequeñas y son trasladados por el viento. La mayor concentración en el aire se observa por la mañana y en las primeras horas de la tarde, en especial si hace calor y hay viento, en cambio, las lluvias intensas limpian los granos del aire.

• Las picaduras de insectos, ya que con la llegada del calor muchas especies que no vuelan si la temperatura es inferior a 13 grados, reaparecen. Las mordeduras de abejas, avispas y hormigas coloradas pueden llegar a ser muy severas y, en ocasiones, provocan reacciones anafilácticas algunas veces mortales, sobre todo en individuos muy sensibles.

• Mayor exposición al sol, que puede desencadenar o reactivar algunas patologías cutáneas, tales como, urticaria y eczema. El calor favorece la aparición de las alergias por la vasodilatación.

 

• Alergias a ciertos alimentos estacionales.

El problema del polen

 

Los síntomas que provoca en los alérgicos son: gran congestión ocular y nasal con intenso lagrimeo, picazón de ojos y nariz, estornudos frecuentes y descarga de abundante mucosidad acuosa por las fosas nasales (rinorrea). También suelen desencadenar crisis de asma. Muchas veces las manifestaciones son de tal intensidad que disminuyen considerablemente la calidad de vida del alérgico. Pero, ¿qué puede hacer el afectado para reducir la exposición?

• Mantener las ventanas cerradas en las horas de máxima polinización

• Disminuir las actividades al aire libre durante las horas de mayor presencia en el aire.

• Mantener cerradas las ventanillas cuando se viaja en coche

• Utilizar aire acondicionado con filtros para polen (la mayoría de los vehículos nuevos los traen)

• Tomar las vacaciones durante el período álgido de polinización y elegir una zona con menor concentración de granos, por ejemplo, la playa.

 

• Tomar la medicación indicada por el alergólogo.

• Evitar cortar el césped o acostarse sobre él.

• No secar la ropa al exterior durante la época de polinización, porque los granos pueden quedar atrapados en la tela.

 

• Usar anteojos de sol para disminuir el impacto de los granos en las conjuntivas de los ojos.

La solución a estos problemas se logra con un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado que realizará el alergólogo. En la actualidad, existen medicamentos que alivian los síntomas y, además, tratamientos inmunológicos que producen la desensibilización específica a estos agentes.

Picaduras de insectos, graves para los alérgicos
 
Cuando una persona presenta una reacción anafiláctica a una mordedura de abeja, avispa u hormiga colorada, le aparecen ronchas en grandes áreas del cuerpo, inflamación e hinchazón en la garganta, la lengua y la glotis, presenta dificultad para respirar, mareos, dolores abdominales, náuseas, vómitos y, a veces, convulsiones. En casos extremos puede tener una rápida caída de presión arterial (shock) con pérdida del conocimiento. El individuo está frente a una situación de alto riesgo, por lo tanto, debe recibir atención médica de inmediato.

Los mosquitos suelen provocar en la piel de algunas personas sensibles, especialmente en niños, reacciones muy molestas con gran hinchazón y picazón, que pueden infectarse por el rascado, pero rara vez son de gravedad.

Para evitar las picaduras, hay que tratar de no parecer ni oler como una flor, no usar vestimentas de colores vivos pues esto los atrae, ni ropas suelta, que puede atrapar insectos entre la tela y la piel, no utilizar cosméticos perfumados cuando se piensa salir al aire libre, no caminar con pies descalzos ni apoyar el torso desnudo sobre el pasto, utilizar calzado cerrado, no transitar por campos sembrados y floridos, evitar los lugares donde puede haber hormigueros, panales de avispas o abejas, no acercarse a los recipientes que contengan residuos, no sentarse sobre troncos y usar repelentes de insectos.


El olor de la comida atrae a los insectos, por eso hay que tener algunas precauciones al cocinar, comer o tomar bebidas dulces como gaseosas, jugos o helados al aire libre. Los individuos que han tenido alergias severas por mordeduras deben llevar consigo un botiquín de urgencia con elementos que el médico especialista haya aconsejado previamente. En la actualidad se puede resolver esta hipersensibilidad con vacunas que contienen los venenos de estos insectos, administradas en dosis progresivas.

 

Las consecuencias del sol y el calor

En  verano suelen aumentar las alergias cutáneas, tales como, urticaria y eczema. No sólo los alérgicos deben evitar la exposición prolongada al sol, sino todas las personas, pues es un maltrato innecesario para la piel. Es necesario utilizar protección adecuada con cremas con filtros solares y permanecer poco tiempo y en horarios adecuados que son, antes de las 11:00 y luego de las 16:00.

Tomar sol de manera frecuente es muy agresivo para la piel y lo es más si las sesiones son prolongadas: la piel se arruga, se torna áspera, se descama, pierde elasticidad, y queda predispuesta a la aparición de lesiones malignas. Los rayos generan además problemas alérgicos como la urticaria solar y la erupción polimorfa solar.

En verano es un placer sumergirse en piscinas o nadar en el mar, pero los individuos que tienen urticaria por frío, deben tener especial cuidado cuando se sumergen en el agua, ya que puede generarles ronchas, hinchazón en labios y lengua y en ocasiones reacciones anafilácticas de gran severidad, con peligro de vida.

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